LOS JEQUES DEL FÚTBOL

Juan F. Castanier Muñoz

Y la noticia nos viene en plena pandemia: el señor Francisco Egas, presidente cesado de la Federación Ecuatoriana de Fútbol ha sabido ganar 20.000 dólares mensuales por parte de la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol), un señor Gustavo Silicovich, secretario de la FEF, 11.000 dólares mensuales, el equipo técnico del señor Cruyff, actual seleccionador ecuatoriano de fútbol, seis millones de dólares anuales, los vocales de la FEF, dietas y viáticos que, para mejor hacer, ni se conocen los montos reales. ¡Qué maravilla! Nuestros mayores habrían dicho: “invento alemán”. Con razón el acceso a la dirigencia de estas federaciones deportivas se ha vuelto una lucha sin cuartel y, no faltaba más, si representan una verdadera mina de oro. Las funciones son reelegibles per omnia saecula seaculorum y quienes van a votar para elegir a los “jeques”, son designados y reconocidos por los mismos beneficiarios de sus votos. Por ello, es que las reelecciones indefinidas, figura jurídica sonada por el expresidente Correa y su combo, por Daniel Ortega y esposa, por don Evo, por don Nico, por los Castro, por el gordito que gobierna Corea del Norte desde su abuelo, por el zar Putin, no ha sido, ni es, ni será jamás una disposición sana y beneficiosa para el desenvolvimiento de una verdadera democracia.

Lo que acaba de suceder en la FEF debe producirnos vergüenza ajena y llamarnos a la reflexión. Mientras existen personas en el Ecuador que hoy, ante la pandemia que azota el mundo, han dejado todas sus conveniencias de lado, sus comodidades y hasta su integridad física, para entregar su aporte solidario a quienes más lo necesitan, como médicos, enfermeras, personal de salud, miembros de la fuerza pública, comunicadores sociales, transportistas, productores y expendedores de alimentos, autoridades locales y nacionales, hay personas que han estado y están preocupados del pedazo que les toca en el pastel.

Nuestro Ecuador entonces no va a cambiar por tal o cual disposición legal, mientras existan ecuatorianos que sueñan en ser jeques, actúan como jeques, comen como jeques y…visten como ecuatorianos!.