José Manuel Rodríguez, su vida la dedicó a servir

Memorial de un sacerdote, maestro, periodista y políglota. Contribuyó a fundar el hogar Cristo Rey, escribió en prensa y fue capellán de la cárcel.

Por las redes sociales y plataformas web se han expuesto y descubierto iniciativas culturales de artistas que exponen sus obras, otros que liberan de derechos su uso y descarga de la web… y también han resaltado a personajes meritorios, luego relegados de la memoria. Uno de ellos: José Manuel Rodríguez Peralta, sacerdote, capellán del leprocomio Mariano Estrella, de la cárcel y de las instituciones de asistencia pública.

Anylu Neira destaca la figura del religioso y ubica su fotografía y datos en una fan page, para que se reconozca su obra y aporte al haber dado su esfuerzo por personas que vivían en marginación, como los presos, las chicas recluidas, los pacientes de lepra y las jóvenes que permanecían encerradas y en castigo.

Rodríguez ejerció también el periodismo en Cuenca y Cañar durante décadas: escribió en “Diario del Sur” (que se editaba en Cuenca en los años 1920), y en las publicaciones y revistas “Adelante”, “En Marcha”, “El Carácter”, “En Voz Baja” y “Miscelánea”. En esta última publicó una serie de “Cuentos clásicos”. En “Ecclessia”, editada por el también religioso y periodista Carlos Terán Zenteno, divulgó artículos que conformaron su obra “Rutas a una filosofía más humana” (1962).

Además, trabajó en la docencia por casi cinco décadas, en diversas cátedras de la Universidad Católica de Cuenca, Seminario Mayor y Menor, profesor fundador del Colegio Borja, catedrático en varios colegios religiosos como los de los Hermanos Cristianos y las religiosas dominicas (catalinas). Para enseñar escribió textos propios, originales.

Fue un políglota que dominó el griego, latín, alemán, francés, inglés, italiano, quechua y conoció el hebreo y el ruso, algunos de estos idiomas enseñó en diversos planteles educativos.

Considerado por quienes escriben su vida como “paradigma de humildad y caridad para sus semejantes hasta el heroísmo en ministerio”, ejerció como capellán de la cárcel de varones, del Asilo de los Ancianos Desamparados de Cristo Rey, del Leprocomio que acogía a los pacientes de lepra, de la Sociedad Alianza Obrera del Azuay y del Buen Pastor (que en ese entonces era la cárcel de mujeres y reformatorio femenino para menores de edad).

Como sacerdote y misionero, ejerció en pueblos y comunidades de Chimborazo, Cañar y Azuay, capellán encargado de las Madres Salesianas en Alausí, capellán fundador de la comunidad de los Hermanos Cristianos en Cañar (1947) y de la Escuela Católica “Martínez Andrade” (1952), párroco de El Valle en 1954, párroco encargado de San Miguel de Porotos (Azogues, 1980), igual de San Francisco, Baños, etcétera.

El doctor Rodríguez, emparentado con el filósofo liberal José Peralta, falleció en Cuenca el 10 de enero de 1988, poco después de haber celebrado una misa en Challuabamba. (AVB)-(I)

Artífice  de asilo

Anylu Neira señala que fue uno de los artífices del Asilo de Ancianos de Cristo Rey, en Cuenca, cuentan que unos políticos conservadores pretendieron que reparta propaganda política al término de una misa, a lo que se negó y provocó que lo cambien de parroquia.

Se cuenta que donó una custodia con baño de oro para la capilla de la parroquia San Antonio, de Cañar; los creyentes aseguran que el 24 de junio de 1958, la imagen de Cristo fue divisada en la hostia consagrada dentro de esa custodia. (I)