La suciedad de la sociedad

Viviana Bernal Estrada

OPINIÓN|
No se puede pedir que en tiempos de crisis y no me refiero únicamente a la pandemia de salud, las personas nos mantengamos serenas, optimistas y con los sentidos para obrar bien, pero tampoco se justifica la negatividad en extremo, el oportunismo y el odio. Que si la autoridad nacional erra, “palo”, que si la autoridad local erra, “a garrotazo limpio”, pero ¿Qué pasa cuando un colectivo es displicente, despectivo y nocivo? Nada, porque se trata de la libertad de opinión, de expresiones sueltas e independientes sin repercusión alguna. No señores, en la interacción, las redes sociales fueron creadas para mantenernos como humanidad conectada e informada; hoy, instrumento globalizado cual arteria infecciosa que nos denigra como seres humanos.
Las ideologías son necesarias para desarrollar la capacidad de diálogo y debate, para avanzar en sociedad y para construir mejores alternativas de progreso en la amplitud de su significado. Hoy en día el respeto a la opinión ajena y la crítica constructivista es cada vez más censurada, mutilada. Ay de quien opine en consecuencia “sale mal parado”.
Se dice que de lo malo se aprende y que de los errores se coge impulso para continuar, pero así también las pasiones se enfrían, los sueños se acaban y el cuerpo se cansa. Cuando la voluntad está fatigada de hacerle frente a la mezquindad humana y a la sordidez, la incapacidad de los perpetuos habrá vencido. (O)