Caminamos a lo virtual…

Roberto Vivar Reinoso

Desde comienzos de siglo Ecuador y el mundo venían utilizando lo virtual, especialmente para las transacciones bancarias y comerciales, así como las telecomunicaciones. La pandemia amplió a otros campos: educativo, sanitario, laboral, administrativo, tramitología, publicitario, religioso.

Unos piensan que la tendencia es irreversible e inclusive irá creciendo con el tiempo; hay quienes añoran volver lo más pronto posible al sistema presencial; algunos pronostican que los pueblos regularán estos factores según sus necesidades, conveniencias y posibilidades.

En todo caso el contacto personal, el diálogo directo, la socialización continúan siendo importantes, pues además de cumplir una tarea corroboran al convivir presente y futuro. Amistad, amor, relaciones humanas no son los mismos adquiridos por internet que de frente, en circunstancias y lugares determinados. Cuanto más tratándose de confianza, credibilidad, respeto, responsabilidad, componentes básicos de un mundo globalizado.

Supuestamente el avance tecnológico debía unir naciones, para superar las desigualdades sociales y pecuniarias. La pandemia muestra lo contrario: según la ONU hasta el momento unos cien millones perdieron su trabajo o fuentes de ingreso; crece la pobreza; el producto interno bruto latinoamericano oscilará entre el 3 y -6 por ciento; habrá mayor endeudamiento personal y comunitario; predominarán los nacionalismos.

Volviendo al campo cibernético, un estudio del BID determina que Ecuador junto a Guatemala y Paraguay, presentan mayores brechas relacionadas con las redes sociales, juegos, negocios, entretenimiento, educación y comercio, acentuadamente en las áreas rurales. Y en Cuenca apenas tres de cada diez personas manejan el campo digital, perdiéndose múltiples oportunidades para mejorar su nivel de vida.