El río Coca enfurecido

Nicanor Merchán Luco

OPINIÓN|

Los ecuatorianos hemos visto con asombro cómo colapsó y desapareció la famosa cascada de San Rafael y ahora mismo como el Río Coca realmente enfurecido se abrió un nuevo curso. La hidroeléctrica Coca Codo Sinclair la que fue inaugurada con bombos y platillos hace apenas 4 años por la que se habló de la “soberanía energética” ahora se encuentra en peligro. El proyecto que fue construido con capital chino y de la que se habló se construyó con sobreprecio y de que tenía muchas fallas estructurales hoy tambalea. Entonces se cuestionó incluso el tendido de las líneas de transmisión eléctrica porque alteraba y rompía el paisaje andino.

El proyecto hidroeléctrico que taponó el curso del Río Coca y se lo condujo por tuberías está al pie de el volcán Reventador el más activo del país por lo que en esa zona existen muchas fallas geológicas. Hoy las amenazas son múltiples la erosión ataca al mismo proyecto, causó la ruptura del oleoducto y parece que se encuentra amenazada la propia represa. El costo estimado fue de 2 millones de dólares. El proyecto fue concebido con una capacidad de 1500 MW (mega vatios) para abastecer a la energía del país.

El proyecto sobre el Río Coca en un territorio de alta sismicidad y con ríos también de alta sedimentación, muestra un dinámico impacto ambiental. Las alteraciones en el medio son visibles, con una alta capacidad erosiva y así las aguas a su capricho abren el cauce. Los preocupantes cambios que afectan al proyecto mismo, amenaza a la naturaleza. La furia de las aguas del Río Coca transforma el lugar y la fuerza de la naturaleza se estrella contra la sabiduría de la tecnología. Una vez más la naturaleza nos enseña que con ella no se juega. (O)