Xavier Solano, el documentalista cuencano que reside en Bruselas

Por la pandemia llevará a cabo un laboratorio para grabar historias sobre confinamiento

– ¿Cómo se concreta la idea de viajar y radicar en Bruselas?
Estudié en la Universidad Politécnica Salesiana hace más de 25 años. Fuimos una de las primeras promociones en graduarnos. Allí obtuve un título de audiovisual. Y luego por cuestiones de la vida me enamoré de una chica de Bélgica y nos vinimos a vivir los dos juntos. En Bélgica empecé de nuevo mi carrera. Pude hacer algunos cursos, continué formándome en Bruselas. También tuve la oportunidad de acceder a la universidad de Artes Visuales.

– Desde ese entonces, ¿cuáles han sido sus trabajos?
Desde el año 2003 ya empecé a enviar unos trabajos a Cuenca. Por ejemplo, Estación Norte, que envié en el primer festival Crespi Cine que se hizo. La película, que ganó el primer premio, era un documental de observación de tres minutos, y poco a poco he ido haciendo algunas cosas. En el 2007 estrené una película que se llama “¿Por qué nos vamos?”, en la que se retrata la historia de la migración en Bélgica. Cuento tres historias. La primera sobre la migración española en los años setenta, una segunda sobre la migración Latinoamericana en los noventa y una historia de la última migración de jóvenes españoles.

– ¿En qué está trabajando ahora?
Hace un año y medio, mi organización que se llama Memory Lab ganó un fondo para educación formal. Empezamos a formar a jóvenes de 16 a 24 años en lo que es el cine documental. Y el último laboratorio audiovisual que tuvimos fue en febrero, en la ciudad de Amberes. También en Bruselas hicimos un laboratorio, en diciembre. Entonces lo que queríamos era mezclar a los dos grupos para hacer un laboratorio en Bruselas para que los jóvenes hagan un retrato porque hay muchos prejuicios. Pero ahora estoy un poco bloqueado porque quiero ver si lo hacemos. Para mí es tomar muchos riesgos con los jóvenes por la situación. Pero por allí está encaminado mi trabajo.

– ¿Está también trabajando con un festival en Quito, de qué se trata?
Sí, con el Doc-Ket. Tenemos una buena relación, y lo que hemos propuesto es hacer un laboratorio llamado Memory Lab Historias de Confinamiento. Hicimos la convocatoria el sábado (30 de mayo) y ya hemos tenido más de 75 inscriptos, pero solo podemos tener a 15. Entonces vamos a hacer un proceso de selección. Van a ser 12 horas de formación y necesitamos a personas que ya tengan conocimiento o estén encaminados en el mundo audiovisual. He revisado los perfiles y tenemos muy buenas propuestas.

– ¿Por qué este laboratorio?
Pienso que una de las debilidades de las universidades, y no solo en Ecuador, es que los estudiantes no hacen trabajos prácticos sino son más teóricos. Por ejemplo, hace tres años estuve dando clases en Azerbaiyán, en la Universidad de Arte y Cultura de Baku, y nos encontramos con jóvenes que nunca se habían enfrentado a hacer un trabajo en serio. Nos fue bien y eso queremos hacer. Esta vez será online. El laboratorio es autogestionado y estamos trabajando con voluntarios. Queremos apoyar a Ecuador. Y quiero aportar con mi conocimiento que he adquirido acá. Pienso que con estas plataformas podamos compartir nuestros trabajos. Podemos decir qué hacemos, quiénes somos. Podríamos inspirar a muchos jóvenes ecuatorianos. (AWM)-(I)