Manuel

Catalina Sojos

OPINIÓN|

Su voz pasó desapercibida en medio del circo armado para la distracción del ciudadano común; la semana pasada fuimos testigos de la inmensa corrupción y el crimen de lesa humanidad que corroe el país con las mafias organizadas bajo los auspicios y con el contubernio de entes gubernamentales. Por ello, una vez más, no escuchamos el grito desde la selva, la tos seca del corona virus allá en Morona Santiago atacadas por el “progreso” y la influencia de los que llegan apestados desde el otro lado de la tierra. Nuestras comunidades shuar, en la parroquia Macuma agonizan a causa de las mineras, el petróleo y la peste. El jefe Manuel Maiche, lo ha denunciado, en medio de los estertores que produce la falta de respiración. Son las tribus olvidadas del Ecuador; aquellos a los cuales miramos con indiferencia y cuya sombra no tiene derecho a hablar. ¿Cuántos han caído? ¿Habrá acudido una ambulancia siquiera? Ay, amigo lector: estas son las noticias de segundo plano, esas que no venden, esas que no llaman la atención. Mientras tanto las mafias lugareñas siguen saqueando al país, continúan desmembrando cadáveres. Buitres carroñeros que preparan su fuga y se quitan los grilletes para guardarlos como piezas ridículas de museo antes de exhibirlas a sus amistades en medio de risas, con una buena copa de champagne en la mano, allá en los paraísos fiscales. Vaya nuestra voz para los shuar y la urgencia por su vida. (O)