¡Viva la patriaaaa!

Aurelio Maldonado Aguilar

OPINIÓN|

Cuenca noble y honesta; la bella mujer cubierta de pendientes de agua clara que murmura su canto en los regatos quiere llegar con un recado y petitorio a usted, Dra. Diana Salazar, fiscal general, a través de esta humilde columna. Cientos, sino miles de honestos ciudadanos, me han pedido decirle que fincan esperanzas en su valiente accionar en contra de ladrones que nos vienen robando estudiada y organizadamente. Que la respaldan como el pueblo que es ejemplo en el país, donde sus preclaras autoridades y personajes públicos, jamás tomaron un centavo para sí. Donde la enorme mayoría descubrió en su cuna que el honor y dignidad son meta de la vida y que pocos enanos que no llegan al metro y medio de pie a crin, nos fallaron manchando el nombre de Cuenca, la eterna. Que siga, siga, Sra. Fiscal en su empeño, me dicen todos y averigüe desde lo más alto, pues tendrá que saber del círculo del presidente que, poco tiempo atrás fue arrendatario triste de un departamento y adeudaba incluso a su mucama y hoy Rocío y las Inas se regodean de fastuosos remilgos. Preguntarle que pactos tiene con Abdala, insigne tarimero que regó vergüenza por décadas al indefenso Ecuador, el que tiene “nada” en la cabeza según el negro Paz y que continua en sus delitos acompañado de Jacobo y Dalito, delincuentes que hicieron un zafarrancho en Cuenca festejando su primer millón en las aduanas encubiertos por su padre. Hoy, encuentran arma, pruebas de covid-19 y medicamentos coincidentes con los del IESS en su casa convertida en bodega y la avioneta del otro delirante, Adum, su eterno amigo, fugaba del país al implicado mayor, Daniel Salcedo y sus compinches, en cuya mansión en Miami, vacaciona Dalito. ¿Por qué el gobierno entregó como botín político, hospitales y otras lucrativas instituciones para que sanguijuelas como Mendoza y su banda, le roben a Pedernales un hospital entero y su pueblo continúa mal atendido en carpas y sartenejas? Caiga su acción, Sra. fiscal, sobre todos estos canallas que sobrevaloran, cambian fechas de pruebas para salvar su negocio o adulteran, encapsulan y falsifican medicamentos de forma criminal. Luche contra jueces banales que tiran al suelo sus acciones concediendo libertades para que licue cargos el arquero que involucró su mujer, hijos e hijastros en turbios negocios y cuando le ahoga su mano, Sra. Fiscal, los denuncia para salvarse. Bello canalla. Si la constitución y leyes lo imposibilitan, tiremos al traste todo, pues es inconcebible la descomposición tenebrosa que vivimos. (O)