Política y corrupción

Conforme la serie de denuncias en torno a casos de corrupción que han afectado a recursos y bienes del Estado, se van conociendo gracias a las denuncias e investigaciones respectivas, se evidencia el hecho de que, prácticamente todos estos delitos hoy bajo el escrutinio de las entidades de control, tienen el denominador común de que están ligados a sectores de la política nacional, y por lo tanto partidos, movimientos y líderes, tienen ante sí, una grave responsabilidad en la verdadera epidemia de corrupción que azota al país, y que nos pone ante la imagen internacional como un estado ganado por las prácticas inmorales en el manejo de los recursos estatales.

En estos hechos, se van desvelando verdaderas mafias enquistadas en el área de la Salud, tanto la estatal como del IESS, sin que falten otros sectores, como gobiernos seccionales, ministerios y otras áreas públicas, lo cual quiere decir que las denuncias sobre supuestos repartos de ciertas áreas, a fin de que sean “explotadas” por así decirlo por estas redes corruptas, ha sido una práctica usual en la administración pública. Algo inaudito y que debería generar una reacción fulminante de parte de los sectores sanos de la sociedad ecuatoriana, para que se exija de una vez por todas, el saneamiento integral del sector público, en cuanto tiene que ver con el manejo de áreas susceptibles del cometimiento de ilícitos, como la Salud, Obras Públicas, etc.

El Gobierno nacional se mantiene a la defensiva respecto al cúmulo de denuncias, capturas de supuestos responsables de estos delitos, y la lista de prófugos de la Justicia, que han tenido que ver en tales derechos. No basta, ciertamente con decir desde las esferas oficiales, que no habrá contemplaciones ante estos casos de clamorosa corrupción, cuando no se puede concebir que los altos niveles de la administración del Estado, no hayan conocido la existencia y actividades nefastas de estos círculos delincuenciales ligados a políticos y partidos. Con ello, el manejo del Estado entra, lamentablemente, bajo sospecha.

REM

REDACCION EL MERCURIO

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