Postergación de las elecciones

 EDITORIAL|

La reunión mantenida en la semana pasada por el Consejo Nacional Electoral con directivos y representantes de la mayoría de los partidos políticos dejó abierta la posibilidad de que se dé una postergación de las elecciones del próximo año. Un punto en el que debe recalcarse es que, de darse esa postergación, eso no supone de ninguna manera una prolongación del actual gobierno. El cambio de mando- establecido en la Constitución- se mantiene como no puede de ser de otra manera para el 24 de mayo del 2021. Otro punto en el que existe un amplio consenso es que las elecciones deben ser presenciales y no por sistemas virtuales.

Cabe destacar que es buena la iniciativa de hacer consultas amplias y a la luz pública con los partidos políticos. El máximo organismo electoral debe buscar consensos lo más amplios posibles con los partidos de manera que los procesos electorales respondan a las leyes vigentes, pero también tengan en cuenta los puntos de vista de los partidos, que son actores de la vida pública, más aún cuando el Consejo está fracturado. Prueba importante es, entre otras, la serie de propuestas que salieron de esta primera reunión y que bien procesadas pueden y deben contribuir a que las próximas elecciones se desarrollen de la mejor manera posible.

Postergar las elecciones de febrero a marzo es una buena opción en cuanto permitirá ganar tiempo para que el control de la pandemia sea mayor y menores las posibilidades de contagio. Hacer elecciones a través de sistemas electrónicos no es conveniente y la mayoría de los partidos no están de acuerdo con esa posibilidad. Esa posición muestra que subsisten temores sobre la independencia de la función electoral, temores que se derivan de la falta total de autonomía del organismo electoral durante los tiempos de sumisión del correato. Finalmente queda también claro que en ningún caso puede haber prórrogas en el período presidencial.