Refugio de la corrupción

Carlos Castro Riera

OPINIÓN|

La política es una actividad que expresa el compromiso ciudadano por el bien común, siendo una virtud cívica que exige desprendimiento, altruismo, sensibilidad por la vida de los conciudadanos, especialmente por los más vulnerables de la sociedad, y un sacrificio del bienestar propio, que requiere dedicación, preparación, estudio e investigación de los problemas sociales para proponer soluciones, como así se ha considerado, al menos en teoría.

Sin embargo, la política y el acceso al ejercicio de la función pública y de la representación política local o nacional, se ha convertido, en muchos casos, en el refugio de la corrupción, sea para cometer fechorías con los bienes y fondos públicos o para buscar impunidad por peculado, cohecho, concusión, enriquecimiento ilícito o cualquier otra forma de latrocinio de los recursos públicos.

Algunos avivatos se candidatizan o son candidatizados por los partidos políticos, sus líderes o gerentes propietarios, para blindarse y escapar de la justicia por participar como autores, cómplices o encubridores de apropiación del patrimonio del pueblo, por lo que, las organizaciones políticas se convierten en verdaderas agrupaciones mafiosas de delincuencia organizada, donde todos los beneficiarios de la corrupción cierran filas desde el puesto donde estén.

En otros casos, los corruptos disfrazados de políticos se candidatizan con la clara intención y voluntad, que no tarda en manifestarse, de enriquecerse con el cargo público y hasta en ciertos casos organizan movimientos y partidos políticos desde la cúpula del poder institucional para dar continuidad a su “actividad política” como mecanismo de cobertura de su labor delincuencial.

Lo más grave resulta que gran parte de la sociedad conoce de su trayectoria política oscura, diríamos de su carrera política delincuencial, y, sin embargo, tienen una actitud permisiva y tolerante a tal punto que les apoyan con su voto, es decir votan por quienes asaltan las arcas fiscales, situación que es favorecida por los deficientes niveles de educación e inconciencia de masas poblacionales víctimas de la demagogia y el populismo.

En las próximas elecciones la ciudadanía tiene la oportunidad de no dar un solo voto por los corruptos y aquellos partidos cómplices. (O)