¡Por Dios es el colmo!

Hugo Lucero Luzuriaga

Es por demás la corruptela que viven a diario los ecuatorianos, es el colmo la desvergüenza de pícaros y aventureros que pululan en nuestro país ante la indiferencia de la mayoría de ciudadanos y la inacción de muchas autoridades. No puede ser que los discapacitados aumenten en su número sin que haya registro alguno, conociéndose por las pocas denuncias de la presencia de sujetos que son sorprendidos con carnets falsos de discapacidades graves que los utilizan para aprovecharse de sus beneficios como son: exoneración de tributos de bienes y vehículos, exoneración de impuesto a la renta, devolución del IVA y más.  Es el colmo que se encuentren registrados en el CONADIS (Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades) sujetos como Daniel Salcedo, quien se accidentó en la avioneta huyendo por corrupto, con el 42% de discapacidad física; César Rodríguez compañero del viaje de la huida con el 36%; Noé Salcedo, hermano de Daniel con el 42 % y otros pillos saqueadores del pueblo, registrados casi como inválidos.  Nos preguntamos: ¿Serán los únicos que han obtenido tramposamente el carnet otorgado por el Ministerio de Salud para el CONADIS o habrá en el Ecuador muchos más fraudulentos discapacitados?  Estamos rodeados de corruptos, donde las instituciones cosechan la duda, por ello, es necesario iniciar las investigaciones en función de conocer en dónde se emitieron y porqué los falsos certificados de discapacidad. Recordemos las dudas que generó el Registro Civil en donde se dieron sub-registros, personas que quieren acceder a bonos con más de una cédula, muertos que votan, futbolistas niños con bigote y otras irregularidades que muestran el colmo de la corruptela en el país. ¡Por Dios! solo falta que considerando su “mentiroso porcentaje de discapacidad” los dejen libres y prestos a seguir en sus fechorías contrariando las denuncias de la prensa, el trabajo de la fiscalía y los esfuerzos de la policía que observan con más frecuencia que sus acciones no son valoradas.

Ojalá, otros actos corruptos no escondan esta viveza criolla que se está sucediendo en nuestro sufrido Ecuador.