Seguir gobernando

Luis Ochoa Maldonado

OPINIÓN|

 

Hasta el último instante, a pesar de los reveses, hay que administrar el recurso escaso del país, tomar medidas urgentes para desarmar a las bandas enquistadas en hospitales, gobiernos descentralizados y en la gestión central. Las necesidades rebasan a las disponibilidades por lo que cualquier pausa a pretexto de elecciones, son delictivas, ante un público que, estando confinado, ve con estupor los allanamientos, los apresados, los sobreprecios, en espera de respuestas oportunas de una justicia, que además de hacer cumplir la ley, no permita a la impunidad y sobre todo consiga revertir a las arcas nacionales lo mal llevado.

El Instituto de Seguridad Social, como ente de protección para los afiliados se encuentra en una encrucijada al haber sido manejado por inexpertos en seguridad social, por muchos años, audaces e irresponsables que han conducido con el tiempo al desfinanciamiento de las pensiones jubilares que no se sustentan con los aportes de los ahora activos, peor aún ante la desvinculación de trabajadores públicos y privados. Mientras los insensatos regalones del dinero ajeno siguen entregando prestaciones sin el respectivo financiamiento. Se discuten opciones, durísimas en la actual situación económica, para equilibrar los aportes con las prestaciones, mientras tanto los actuales dirigentes, deben empeñarse en recuperar liquidez que comienza con reclamar los atrasos del gobierno, ahora quebrado, y limpiar de sus hospitales a los cleptómanos que no han tenido vergüenza de enriquecerse en tiempos de dolor y muerte de la gente.

 La actual estructura requiere de un equipo de personas asociadas para delinquir y probablemente con anuencia de los máximos directivos nacionales, es factible untar el robo desde bodega que avisa las existencias de medicamentos e insumos, personal técnico que valida las necesidades, financiero sobre partidas y la puja publica administrativa para alcanzar el precio conveniente, contratos, etc. un solo honrado puede en este esquema impedir el dolo, pero talvez las autoridades lo hacen al lado, o lamentablemente esta tan contaminada la administración, que no se han hecho sentir.  (O)