Lavarse las manos

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

OPINIÓN|

 

Cuando empezó la pandemia había quedado claro que para enfrentarla se hacia necesario lavarse las manos una y otra vez. Mucho jabón, en lo posible sin desperdiciar agua, pero con rigurosidad y disciplina. Mientras más veces se lo hacía mejor. Entonces, se trataría de un ejercicio por la salud, por el otro y por la vida.

Al final lavarse las manos se convertía en un símbolo de la ética. Sí. De defensa y cuidado de la vida. Una especie de compromiso con la sociedad y nuestro entorno, con el respeto a la existencia terrenal, salud y bienestar. Era pensar en el otro y aún más, en el mismo tejido social.

Pero, Poncio Pilato gobernador romano de Judea también se lavó las manos al después de condenar injustamente a Jesús. No lo hizo precisamente por una pandemia, sino por la ambición al poder y a los intereses políticos. Constituyó la más clara manifestación de una ausencia de personalidad y entereza por defender los valores y criterios asumidos. Se lavó las manos –y también usó agua- en símbolo de no decidir, de no actuar y esconder a la verdad.

La corrupción en el Ecuador ha mostrado la normalización de lavarse las manos y no por la pandemia, sino por esconder, doblegar la verdad e impedir la investigación. A sabiendas del modus operandi para las fechorías de los pillos y con la vigencia de un sistema engranado hacia desfalcar al Estado, se ha asumido como una realidad a la corrupción a todo nivel dentro del país. Se mira como cuestión del día a día y que no importa. Así se vive. Así crecen nuestros niños y así se va desarrollando el acostumbrado entorno social.

Los responsables se lavan las manos. Quienes deben dar respuestas al Ecuador, están dejando el lavabo de su oficina y caminan como si no fueran los responsables. Se presentan como víctimas. Por aquí no ha pasado nada. Han dejado el jabón por la ambición.

La pandemia se convirtió en un tiempo para que los garantes de la corrupción se laven las manos. Los jefes de la mafia no son responsables, no saben nada, están de ladito y ya están yendo de nuevo al lavabo. Así pasan y así esconden cada día.

Ellos se lavan las manos. Aquellos, se burlan del Ecuador. (O)