Pérdida del olfato

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

OPINIÓN|

En este tiempo de pandemia, los descubrimientos, definición de síntomas y determinación de los efectos que produce el SARS-CoV-2 generador de la enfermedad de Covid- 19, no cesan.

Muy temprano se anunció y comprobó que los síntomas habituales son fiebre, tos seca y cansancio; mientras que entre los síntomas menos comunes están dolor de garganta, conjuntivitis, dolor de cabeza, erupciones cutáneas y pérdida del olfato.

Sí. Pero con la pérdida del olfato la situación se pone cuesta arriba para los ecuatorianos. Pues, en medio de la crisis social y económica cada día nos acercamos más a uno de los procesos electorales que mayor relevancia marcará desde el retorno a la democracia. Será un tiempo en el que se definirá la madura y sensata decisión por el país y al frente estarán el show, el desorden y la improvisación.

Hay una urgencia por la recuperación económica, delimitación de las ejecutorias del gobierno, definición de claros proyectos, resultados y unidad. La impostergable necesidad por dignificar el ejercicio de la política, entregar relevancia a la función pública y cortar de una vez por todas la epidemia de corrupción y desorden.

Hemos vivido un tiempo de parches, baches escondidos y contingencias resueltas. Pero no podemos permanecer así. Se requiere empujar un proyecto para el país que abandone los mezquinos cálculos y dispersión de las tendencias. La crisis se vive y se siente. La pérdida de empleos viene marcada por una descomposición social y política. La confianza en el país y las acciones por mantenerlo a flote, son cada día más endebles.

El Ecuador precisa de la capacidad para seleccionar a quienes puedan reconstruirlo. Estamos al límite. Se amerita la definición de a dónde vamos en corto y mediano plazo. En las próximas elecciones -que están cerca- se hace urgente la intuición y sensibilidad de los ciudadanos para distinguir el camino. Para decidir sin equivocación. Hay que intuir, mirar y observar. Es decir, por este tiempo, mejor no perder el olfato. (O)