Los independientes

Mónica Banegas Cedillo  Twitter: @monicabanegasc 

OPINIÓN|

Existe un gran descontento con el sistema tradicional de partidos y movimientos políticos por no poder satisfacer las necesidades de los mandantes. En año electoral la estrategia de varios políticos para responder a la crisis de confianza es ponerse el traje de independientes. Desde las recomendaciones de la comunicación política podría funcionar como estrategia, ya que menos 25 % de los ciudadanos se identifican con un partido.

Los legisladores que aún les rinden cuentas a sus organizaciones políticas siguen una línea programática y votan según las decisiones de consenso; quienes se apartan de ellas a cuenta de que renunciaron a sus organizaciones, pero no a su curul, justifican su accionar con el discurso de que no se deben a sus partidos sino a sus votantes. ¿Convicción o conveniencia? Frente a los réditos que pueden ganar también levantan dudas; porque en la coyuntura actual algunos independientes en la legislatura son investigados por presuntos actos de corrupción.

En varios casos, el hecho de ser independiente le permite al político negociar su voto sobre todo cuando el ejecutivo necesita tener una mayoría mínima para aprobar sus propuestas. Más allá de las dinámicas internas del Legislativo, el peso político que ganen por dejar sus partidos es alto; cuando el Ejecutivo no tiene 70 votos los legisladores independientes cotizan el suyo; pero ¿a cambio de qué? (O)