Candidatos o chimbadores

Gerardo Maldonado Zeas

OPINIÓN|

Es un despropósito pensar que pueda haber 25 precandidatos a la presidencia de la República; la clase política de este país y los aventureros de siempre, se pasan la lengua por la boca para tratar de rasmillar algo de los 46 millones de dólares asignados para la promoción electoral de las candidaturas. La gran mayoría sabe que no tienen ninguna posibilidad de llegar, pero su afán codicioso y malvado, les llevará en semejante tiempo en el que vivimos, a presentarse para poner un nombre, y luego marcharse por la puerta trasera. Chimbadores!!

Estas elecciones serán diferentes; se verán menos concentraciones, la pandemia limitará la presencia física en los territorios, los discursos y el llamado a conquistar el voto se definirá en los medios digitales y sobre todo en las manipuladoras redes sociales. Por estas razones, quienes tengan la mejor estrategia de comunicación a través de estas alternativas, alcanzarán algún porcentaje apreciable de votos.

Entre los nombres que se escuchan y se miran, no más de tres precandidatos tendrían el favor popular con porcentajes, quizás los más altos, en esta atomización de supuestas tendencias electorales. Algunos se presentarán para arrastrar asambleístas, y jugar con las cuotas de poder como el caso de los socialcristianos y su estrategia de 25 años; otros negociarán votos, se afiliarán y desafiliarán para ser independientes y no responder a nada, ni a nadie, viviendo felices mientras el circo siga campeando.

También están aquellos que nunca han trabajado en algo entendible, apreciable o notorio, y viven apegados al amiguismo criollo o internacional, amparados por la estructura maleficente de una justicia amorfa; sindicados, fugados, escondidos, sentenciados, agazapados esperando dar el zarpazo con incalculable prepotencia y descaro. Y de los “nuevos rostros”, que no tienen ni ideología, ni proyecto, solo cierto discurso manipulador, para aprovecharse de la desgracia del pueblo ecuatoriano. Ya ocurrió en 2019 en las seccionales, debemos abrir bien los ojos. (O)