Salvataje de partidos

Eliécer Cárdenas E.

OPINIÓN|                                         

Al parecer, los movimientos políticos que se hallaban “en capilla” para su desaparición del registro respectivo, todavía tendrán un futuro, aunque sea intrascendente, gracias al “respirador” proporcionado por el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal respectivo.

La exigencia del contralor General del Estado, quedó, como se dice, en “agua de borrajas” porque su poder disuasorio disminuyó mágicamente hasta desaparecer del todo, a diferencia de la postura que asumió este funcionario hace pocas semanas, al amenazar que doña Diana Atamaint y sus corifeos podían ser sancionados con la destitución incluso, en el caso de desacatar su dictamen.

Pero como ya lo dice el refrán “Donde manda capitán no manda marinero”, en este caso, lejos del mar y en la altura andina de la Capital de la República, no fueron marinos sino “Capitanes de maniobras políticas” los que impidieron la disolución de algunos grupúsculos que, al carecer del mínimo favor popular, legalmente debían ser borrados del registro de partidos y movimientos.

Los cientos de agrupaciones políticas que existen en el Ecuador, desde partidos familiares como el del clan Bucaram, hasta movimientos que no sobrepasan los límites de alguna parroquia, muestran a las claras que nuestra ley de partidos y movimientos, es más ancha que manga de fotógrafo antiguo, donde cualquier persona que se crea líder aunque sea de un caserío de 20 habitantes, exige y logra gracias a las consabidas palancas registrarse como agrupación política, aunque el día de las elecciones coseche menos votos que granos de maíz en chacra con sequía prolongada.

Pero pásmense ustedes, apreciados lectores y lectoras, incluso un tristemente célebre personaje hoy en rejas, luego del estrellamiento de la avioneta con la que pretendía fugar de la justicia, y tras permanecer en una clínica aquejado supuestamente de amnesia, hoy en “cana”, anuncia sus intenciones de formar un movimiento político, que bien pudiera llamarse “Corruptos Unidos” y cuyo slogan puede ser “A terminar con los dineros que quedan todavía, súmense corruptos”. (O)