Cuando Cuenca se une…

Mario Jaramillo Paredes

OPINIÓN|

Cuenca acaba de dar dos pasos importantes en estos días. El primero, haber conseguido que la Corte Constitucional apruebe la Consulta sobre la defensa de sus fuentes de agua. El segundo: que el gobierno, escuchando un clamor de décadas, llame a concurso para la construcción de la entrada sur a la ciudad.

La defensa de las fuentes de agua que alimentan a Cuenca, es una vieja lucha de varias organizaciones y personas. Pero hay que reconocer y destacar que fue el Municipio de Cuenca el que recogió esa bandera. El Alcalde, la Comisión de Ambiente y los concejales hicieron suya la tesis y la presentaron como lo que es: una posición de ciudad. Eso queda para la historia. No se trata de una oposición ciega a la minería. Se trata de decir no a aquella que afecta a las fuentes de agua de Cuenca. Quienes sostienen que el oro es de todos los ecuatorianos y que Cuenca no puede decidir por todos, reproducen un aberrante centralismo. Es otra derrota del correísmo que negoció las concesiones.

El otro paso fundamental es la construcción de la entrada sur a Cuenca. El Ministerio de Obras Públicas llamó ya a concurso para la concesión y hay varias empresas interesadas. La actual vía es una vergüenza y un peligro. La nueva- diseñada por la Universidad de Cuenca- solucionará el problema por un buen tiempo. No es una autopista, pero es una vía razonable, con dos carriles en cada dirección. El abundante dinero robado de la década pasada, no fue invertido en Cuenca. Hoy la caja fiscal está vacía y la obra debe ser concesionada o simplemente no hay carretera. Habrá que pagar un peaje razonable, como en todas partes, pero nadie en su sano juicio preferirá seguir con la actual vía para no pagar peaje. Los dos pasos muestran que cuando Cuenca se une, el futuro se abre. (O)