Defensa de la vida

Ana Abad R.

OPINIÓN|

Resulta cada vez mucho más difícil tener noticias “buenas”, a no ser aquellas que dan cuentan de logros personales de artistas, poetas, escritores y deportistas que nos han permitido un remanso de alegría y esperanza, en medio de estos tan azarosos días de la historia ecuatoriana y de una ciudadanía mucho más preocupada por la corrupción que por la misma pandemia o las desoladoras cifras de desempleo, o del mismo proceso electoral aunque la consulta popular –que enfrenta grandes intereses económicos– sí ha despertado la atención de los electores, pues sus resultados marcarán precedentes frente a la terrorífica expansión del extractivismo en el país. Han pasado ya cinco meses del derrame de quince mil barriles de crudo y combustible en los ríos Coca y Napo, y mientras los indígenas en la indefensión más aterradora se debaten entre la pandemia y la contaminación, las empresas petroleras aseguran –sin pruebas contrastadas– que la “remediación” está por finalizar y que esperan que las comunidades “pierdan el miedo al río”. ¡Basta de poner los intereses económicos sobre los derechos de la naturaleza y de los pueblos! (O)