Los futuros líderes iberoamericanos que están cambiando el presente
La crisis sanitaria generada por la pandemia de coronavirus ha evidenciado otra crisis: la del liderazgo tradicional. El concepto tal como se conocía ha cambiado y acelerado la demanda social de nuevos modelos, más resilientes, positivos y, principalmente, colectivos.
Eso es lo que promete la nueva generación de jóvenes con una gran resiliencia emocional y que se manejan a la perfección en el mundo de las ideas y la innovación, de acuerdo a las conclusiones de un estudio realizado en el ámbito iberoamericano para conocer cómo serán nuestros líderes del futuro.
La argentina Nicle Becker, de 19 años, es uno de los 120 perfiles de jóvenes de lengua hispana y portuguesa llamados a ser los Future Leaders, nombre de esta investigación impulsada por la firma global de consultoría de comunicación y asuntos públicos LLYC y la plataforma Trivu, el mayor ecosistema de talento joven del mundo.
Becker es también una de las fundadoras en su país del movimiento creado por la activista ambiental sueca Greta Thunberg, Jóvenes por el Clima. «Antes teníamos una concepción de liderazgo que era muy unitario y parte del liderazgo actual tiene que ver con entender que líder se puede ser de muchas formas», dice en una entrevista con EFE.
Con el cambio del perfil y de los modelos tradicionales de liderazgo, José Antonio Llorente, socio fundador y presidente de LLYC, afirma que «en general, más que rechazar la política tradicional, lo que reivindican estos nuevos líderes es otra forma de hacer las cosas, y lo demuestran con su manera de actuar”.
Los 120 jóvenes identificados como futuros líderes por este estudio pertenecen a 12 países del ámbito iberoamericano – España, Portugal, Perú, Estados Unidos, Argentina, Chile, Ecuador, Brasil, Colombia, República Dominicana, Panamá y México – y son referentes de ámbitos de influencia muy diversos: desde la tecnología, la medicina y el medioambiente, hasta los asuntos sociales, el emprendimiento o la gastronomía.
Todos esos perfiles han sido analizados a través de técnicas pioneras de procesamiento lingüístico e Inteligencia Artificial. El resultado de esa investigación es un grupo caracterizado por su sentido del deber y comunitario.
El futuro, pero también el presente
«Los jóvenes son el futuro del planeta» es una afirmación que han escuchado los jóvenes de distintas generaciones. Sin embargo, parece ser que los «líderes del futuro» ya no están de acuerdo con ella.
«Siempre nos han dicho que nosotros somos el futuro porque no quieren que nos metamos en el presente», señala a EFE la colombiana Gabriela Morgan, de 18 años, que empezó en la escuela el proyecto «Vacuna contra la indiferencia», una campaña de sensibilización para que los estudiantes entendieran que ellos deben asumir el cambio desde su comunidad local.
«Debíamos empezar ese cambio que se necesita hoy y no esperar a ser suficientemente grandes, cuando ya no hay nada que hacer», añade Morgan.
La idea de que no hay tiempo que perder es un rasgo compartido entre los jóvenes líderes presentes en esta investigación. «La juventud hace mucho tiempo que decidió ser la guardiana de nuestro presente para justamente garantizar nuestro futuro», indica la argentina Becker, que está involucrada en los movimientos sociales desde los ocho años, y afirma que con el futuro de una generación en juego, lo mejor que se puede hacer es «convertir el miedo y la indignación en acción colectiva».
La salida es colectiva
Si el tiempo es amigo de la juventud a la hora de iniciar los cambios que se desean para el futuro, lo colectivo y el trabajo en grupo suman aún más poder para los que quieren un mundo mejor para su generación y las próximas. El concepto de liderazgo ya no se refiere solo a una persona, sino a un colectivo.
Para Becker no hay otra salida: “nos va salvar el colectivo, el movimiento que sepamos construir y que justamente empuje los límites de todas las estructuras”.
La colectividad es también la base del trabajo que desarrolla otra de las jóvenes destacadas por «Future Leaders», la brasileña Ana Luiza Beserra, para favorecer el acceso de todos al agua potable.
“No es posible generar un impacto solos. Es muy importante estar conectada con la gente, sean personas de la misma área o de otras que se complementan”, indica a EFE la fundadora de la startup “Safe drink water for all”, que con apenas 15 años empezó a construir un prototipo de limpieza de agua a través de la luz solar con la intención de democratizar el acceso a su consumo en las comunidades pobres del país.
Becker, Morgan y Beserra han sido nombradas como potenciales líderes del futuro por la investigación de LLYC, pero para las tres este no es un reconocimiento individual: “La Ana que habla aquí no es la Ana persona física, es una Ana colectivo, una Ana equipo”, subraya la joven brasileña.
“Hemos asumido muchas veces que el liderazgo lo puede asumir una sola persona, que una sola persona puede cambiar el mundo, lo que está mal. Pienso que si nos unimos podemos ser más fuertes” y uno de los caminos para el cambio, según Morgan, es la “la inteligencia colectiva, la acción colectiva”. EFE