Las vías del Austro

EDITORIAL|

Las vías que unen a Cuenca con las provincias de El Oro y Morona Santiago tienen daños de magnitud y son un peligro constante.
Las soluciones están a merced, no solo de disponibilidades presupuestarias, sino, sobre todo, de la voluntad política y capacidad ejecutoria del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
Hace cuatro meses, un deslizamiento bloqueó la vía Paute-Guarumales-Méndez en la quebrada Jurupis, parroquia Amaluza, cantón Sevilla de Oro.
A finales de agosto se declaró la emergencia. ¿Para cuándo los estudios? ¿Para cuándo la construcción de la alternativa? ¿Se dispone de los recursos necesarios?
El eterno problema de la Gualaceo-Limón en el sector Ingamullo resulta inentendible. Debe ser la vía más cara en el Austro si se considera los millones de dólares que se gastan para tratar de resolver el casi diario derrumbe del cerro.
Pueblos y comunidades que se sirven de esa vía constantemente se quedan aislados, y hasta por varios meses. Las únicas beneficiarias parecen ser las empresas constructoras que tienen “contratos seguros” en procura de contener la avalancha del material.
Desde 2016 se agrava el macrodelizamiento en el km 86 de la vía Cuenca-Girón-Pasaje.
Ahora resulta que, si el Ministro de Transporte y Obras Públicas querría contratar una nueva empresa para dar soluciones definitivas, “debe esperar que se dé por terminado legalmente un paquete de 10 obras a nivel nacional con la empresa Sinohydro…”, en la que consta la cita vía. Qué tal disyuntiva en la que un contratista le pone al Estado.
Y qué decir de lo que acaba de suceder en Zamora Chinchipe, donde cayó un puente en la parroquia Los Encuentros. ¿Solucionarán el problema algún día?
Sí, así estamos por estos lares; es decir en el otro país vial, donde lo que suceda le importa poco al centralismo, acaparador de recursos, fuente de rancia burocracia, de técnicos indolentes, cuya desidia es alimentada por la nula voz de las autoridades provinciales, carentes de liderazgo y de representación.