Retrato de un hombre de bien (I)

Rincón de Cultura

OPINIÓN  |

Guillermo Vázquez Astudillo (1919-2009) fue no solo un ejecutivo que inspiraba respeto y confianza; una figura importante de la empresa y la economía de Cuenca, su región y, en cierta medida, el Ecuador, por varias décadas, sino una de las imágenes sociales que marcaron la vida de su ciudad, particularmente, con una serie de actos caballerosos, plenos de bondad, humanidad y un hondo sentido religioso de vertiente cristiana.

Debe haber tenido defectos, pues los ángeles no andan sueltos, pero lo positivo de su larga existencia, prácticamente, borró algún aspecto negativo de una vida consagrada al trabajo, el bienestar de los suyos y de sus colaboradores, y el alivio moral y material, muchas veces, de los más necesitados.

Por su condición económica, trabajó desde muy temprano, y eso modeló extraordinariamente y para siempre, su carácter.

Ramón Navarro, Periodista venezolano, graduado en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Central de Venezuela, en la que también estudio Letras. Redactor de El Diario de Caracas y de El Nacional, residente en el Ecuador desde 2014, trabajó de manera asidua y silenciosa, por ejemplar iniciativa de Rocío Vázquez del Alcázar, entrevistando a numerosas personas allegadas a Vázquez Astudillo, y pudo formarse una idea objetiva del ser humano y el impecable hombre de empresa, y transmitírnosla de manera muy acertada en el libro DESDE CERO.

Él se planteó de entrada que uno de los riesgos mayores que corre el biógrafo es caer en lo subjetivo, pero haciendo un enorme esfuerzo de distanciamiento, de una personalidad que, indudablemente, atrae y causa admiración, ha logrado darnos una imagen suya muy acertada.

El acierto de Navarro es haber construido la biografía dialogando con  personas de la familia, amigos y conocidos, compañeros de las diversas empresas fundadas o co-fundadas por Vázquez, o sus descendientes, empleados, trabajadores de distintos estratos, gente mayor, jóvenes, todos aquellos que lo conocieron y podían contribuir a ir dibujando para el lector un retrato apasionante y lleno de rasgos intensamente humanos, familiar y , al mismo tiempo, distante, fácil de aproximar y conocer, y simultáneamente -como todo ser humano- difícil de descifrar por completo. (O)