“Heredarás la sombra”

Eliécer Cárdenas E.

OPINIÓN|                                       

Hace algunos meses, mediante un acto virtual a causa de la innombrable pandemia, el escritor y jurista cuencano Alberto Ordoñez Ortiz, presentó su nuevo libro, la novela “Heredarás la sombra”, obra de narrativa testimonial y documental, que, a través de personajes reales, hace un recuento de diversos hechos escandalosos de la vida política nacional, los mismos que son objeto de sentencias o de sendos procesos civiles y penales.

Alberto Ordoñez, es conocido en los medios literarios sobre todo como poeta. Autor, entre otras obras de los poemarios “Voz de la angustia”, “Los tatuajes del viento”, “Velorio de Dios”, “El inquilino de la soledad”, “Prohibido el paso” (dos volúmenes), su poemario más reciente. Pero también ejerce el periodismo de opinión, con incisivo y certero criterio. Profesionalmente como abogado ha desempeñado diversas funciones.

“Heredarás la sombra”, es una obra, “incómoda” podríamos decir, no solo para los políticos aludidos sino para todos las habitantes del país, que abismados merecemos preguntarnos “¿A esto hemos llegado”? Es decir, un verdadero aldabonazo a la conciencia a través de la literatura, que en este caso ejerce un palmario compromiso con la sociedad, en el ánimo de hurgar la podredumbre de un sistema político que merece ser cambiado de raíz, a fin de erradicar la corrupción y su compañero inseparable, el engaño, que junto con la demagogia hacen presa fácil, lamentablemente, de una población legítimamente ansiosa de contar con trabajo, alimentación, salud y vivienda.

En la literatura ecuatoriana, hoy el compromiso social es un tanto mal visto por las nuevas generaciones de escritores surgidos de la “burbuja académica”, en donde suele ser ahora observado como de “mal gusto” abandonar la torre cibernética de marfil para chapotear en el lodo de la miseria humana. Allá ellos. Lo cierto es que Alberto Ordoñez ha dejado por un momento su dedicación poética, también áspera y rabiosa en algunos casos, para escribir una novela testimonial que, como decía Miguel Ángel Asturias, guatemalteco, Premio Nóbel de Literatura: “¿No ve las cosas que pasan? Mejor llamarlas No- ve-las”.

Por otra parte, en ciertas situaciones, la realidad supera con creces la más calenturienta imaginación de un novelista. Alberto Ordoñez, nos ofrece de esta manera un implacable testimonio narrativo. (O)