Jacobo y Daniel

Juan F. Castanier Muñoz

Parece el título de un cuento infantil, pero se refiere más bien a uno de los dúos de mayor actualidad en el país y bajo cuya dirección estuvo el atraco a los hospitales públicos del Ecuador, A.P y D.P, o sea, desde antes de la pandemia y durante la pandemia. Según los datos traídos por los medios de comunicación y las autoridades a cargo de las investigaciones, este “dúo dinámico” habría implementado una verdadera red de corrupción, conformada por autoridades hospitalarias, proveedores de medicamentos e insumos médicos y ciertos funcionarios gubernamentales, que les permitieron hacer y deshacer de las compras públicas hospitalarias, desde el gobierno anterior, y obtener ganancias millonarias de manera fraudulenta e inmoral.

El “milagroso” accidente de una avioneta en la frontera con el Perú y la acción de la policía colombiana, más las indagaciones fiscales y las decisiones de los jueces, han permitido que hoy tengamos a nuestro dúo criollo tras las rejas y, por extraña coincidencia, bajo el mismo techo o, debería decirse más bien, bajo los mismos barrotes. Jacobito y Danielito entonces, van a tener todo el tiempo del mundo, en la cárcel 4 de Quito, para contarse sus cuitas, para recordar sus florecientes negocios, para rememorar a quiénes nomas tuvieron que coimar, y con cuánto, en el “difícil” camino de hacer dinero de forma fácil, para evocar sus viajes, sus farras, sus celebraciones de la ganancia del “primer millón”, la muerte del israelita, los allanamientos, los últimos pagos. Danielito le contará a Jacobito sobre los instantes previos al accidente aviatorio y Jacobito le narrará sobre su aprehensión en Colombia.

Lo que sí y, sabiendo las ejecutorias de este par, las autoridades deben tomar todas las precauciones, no sea que una mañana amanezcamos los ecuatorianos con la novedad que el dúo se ha fugado, que han ido despidiendo a los guías y funcionarios de la cárcel 4, incluso indemnizándolos, que han ido vendiendo las instalaciones carcelarias a un grupo de “aves” de la década bailada y que hasta han ido cobrando al resto de detenidos por liberarlos. ¡No nos harán asustar!  (O)