¿Elección indirecta?

En países como el nuestro, el presidente es elegido mediante votación popular. El voto es obligatorio y quienes no concurren a las urnas están sujetos a sanciones. Si sumamos la totalidad de los votos –si es necesario en segunda vuelta- el que tenga mayor votación, aunque sea un voto más, es el elegido. En Estados Unidos, en la votación global Biden Sobrepasa a Trump con cuatro millones de voto, sin embargo, no tiene la condición de presidente electo. Quienes realmente toman esta decisión son los delegados de los estados, lo que puede llevar a que el elegido tenga menor votación global que su rival, como ocurrió en las anteriores elecciones; Hillary Clinton sobrepasó globalmente a Trump.

Estados Unidos es un país federal y cada uno de los 50 estados tiene un ámbito para legislar en su territorio. Lo que se elige son los delegados estatales que tomarán la decisión final. El número de delegados depende de la población sin que, para la elección de los delegados cuente la diferencia electoral. Puede ocurrir que uno de los contendientes tenga una ventaja sustancial en un estado, pero que su rival gane en otros con reducidas diferencias lo que le lleva a triunfar. Como todo en política, este sistema electoral es discutible, pero históricamente ha funcionado en la primera potencia del mundo que es considerada la democracia más sólida. Usualmente la mayoría de delegados coincide con la mayoría global, pero hay excepciones.

En Estados Unidos el voto no es obligatorio, para poder ir a las urnas el ciudadano debe inscribirse, lo que implica que haya una doble decisión: votar y pronunciarse por un contendiente, lo que conlleva mayor conciencia en el voto. Por los datos que llegan Biden es el ganador. Lo usual ha sido que el perdedor reconozca al triunfador con su estilo agresivo, el presidente manifiesta que ha habido fraude sin argumentos sólidos.