La corrupción en los hospitales públicos

Luis Muñoz Muñoz

Luis Muñoz

En la Pandemia, funcionarios públicos deshonestos encontraron el momento propicio para llenarse los bolsillos, con las coimas de la corrupción que se enraizó en los hospitales públicos de Ecuador como el Teodoro Maldonado Carbo, cuya denuncia tuvo lugar el 3 de abril de 2020. Luego siguieron las denuncias en forma masiva en el hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) que compraron mascarillas a 12 dólares y en el mercado se encontraba sin ningún favor a 4. En el Hospital Eugenio Espejo de Quito hubo casos similares. Cómo una olla de presión a punto de estallar en las semanas siguientes proliferó las denuncias. En el hospital de los Ceibos de Guayaquil, en el Hospital Docente de la Policía en Guayaquil, en el Hospital General Docente de Ambato, y ante las investigaciones algunos involucrados han abandonado el país. Desde principios de mayo, los casos de corrupción en los hospitales se denunciaron casi a diario. El 3 de mayo, se hizo pública la denuncia de 4000 fundas para cadáveres por un precio de 148 dólares cada una y en el mercado se consiguen apenas a 12 dólares. En el Hospital Los Ceibos de Guayaquil se detectó en trámites previos para comprar fundas del mismo tipo por la suma de 594.000 dólares, ya el contrato se había adjudicado a la empresa Silverti de Quito. En el Hospital Eugenio Espejo, la fiscalía inició investigaciones por presunto sobreprecio en la compra de equipos laparoscópicos. Se allanaron las instalaciones del hospital Jaime Roldós en la ciudad de Ventanas y el Distrito de Salud de Quinsaloma, en Los Ríos, y encontraron evidencias en el Hospital del Seguro Social en Quevedo y el Hospital Básico de Durán, en la provincia del Guayas. La red de corrupción consistente en adquirir insumos médicos con sobreprecio, favoreciendo con contratos a funcionarios públicos y otras personas que forman parte de esta estructura, es el “pan de cada día”. (O)