Nutrición y ejercicio en pacientes con diabetes

La buena alimentación, sumada a la actividad física y el autocuidado, contribuyen a generar buenos resultados.

Gabriela Molina, responsable de Nutrición y Dietética en la Casa de la Diabetes, indica que ningún alimento debe ser suprimido de la dieta de un paciente con diabetes. XCA

El tratamiento para una persona con diabetes es multidisciplinario, puesto que se basa en una buena alimentación, en mantener actividad física, en educarse y autocuidarse, y desde luego, en la administración de medicamentos. Todos estos pilares deben estar en equilibrio para que se generen los resultados esperados.

A decir de Gabriela Molina, responsable de Nutrición y Dietética en la Casa de la Diabetes, la nutrición en una persona con diabetes no consiste en suprimir ningún alimento, por el contrario, debe incluir de todo en cantidades moderadas, debido a que se podría generar un impacto fuerte en el paciente, especialmente a inicios de la enfermedad.

“El paciente tiene un shock muy grande en un inicio porque hay esas creencias o mitos de que porque tiene diabetes debe tener una dieta estricta, ya no va a poder comer lo que le gusta, no va a poder comer pan o algunas frutas, y eso en realidad está desactualizado. El prohibir el consumo de algunos alimentos genera más estrés y rechazo al diagnóstico”, menciona Molina.

La profesional indica que la nutrición debe ser prescrita acorde a los gustos del paciente, en porciones y cantidades equilibradas. De este modo, se garantiza la adherencia al tratamiento y el paciente seguirá las recomendaciones que ofrecen los diferentes especialistas.

La educación en nutrición establece además cómo se prepararán los alimentos, por ello, el círculo cercano al paciente con diabetes también debe estar capacitado.

“Todos los nutrientes son necesarios en nuestro cuerpo para que funcione adecuadamente. Los nutrientes indispensables son: proteínas, grasas y carbohidratos. Al carbohidrato le tenemos miedo porque automáticamente sube la glucosa, pero la mayoría de alimentos tiene carbohidratos y por eso es imposible suprimir. Hay que educar en cantidades y en conjunto vamos viendo los niveles de glucosa”, indica Molina.

Entre las herramientas que se pueden utilizar para la educación en nutrición está el denominado “plato saludable”, que divide a los alimentos en tres partes: la mitad del plato es ocupada por la ensalada y en los espacios restantes se ubican las porciones de proteínas y carbohidratos. Sin embargo, las herramientas dependerán de la valoración de cada paciente y del proceso en que se encuentre.

“Hay otra herramienta que es por conteo de carbohidratos, esa se utiliza mucho en pacientes con Diabetes Tipo 1. Otra técnica es mediante el etiquetado nutricional de alimentos procesados, es importante saber qué vamos a adquirir. También existe el método de intercambio de alimentos, que es similar al conteo de carbohidratos, pero incluye proteínas, grasas y carbohidratos”, agrega Molina.

Actividad física

Por su parte, Juliana González, especialista en Rehabilitación Deportiva en la Casa de la Diabetes, refiere que el ejercicio disminuye la glicemia capilar en el cuerpo, lo que permite captar la glucosa a través de los músculos, por lo que es recomendable la actividad física en pacientes diabéticos. Además, es importante que se mantengan en un peso adecuado.

“Nosotros recomendamos como mínimo 45 minutos de ejercicio en un paciente con Diabetes Tipo 1, que por lo general son jóvenes. Cuando los pacientes realizan ejercicio durante 30 minutos, van a tener un consumo de grasas de su propio depósito; entre 30 y 40 minutos van a tener el consumo de esa glucosa a partir de la sangre; y a partir de los 45 minutos se va a consumir la glucosa de las grasas”, explica González.

Previo a empezar con un programa de ejercicios para pacientes con diabetes, es necesario realizar pruebas físicas, en campo y en laboratorio. La prueba de laboratorio se realiza en consulta, con la ayuda de una banda o cicloergómetro. En caso de que algún paciente tenga alguna discapacidad o una amputación de miembros inferiores, se hace un cicloergómetro de brazos.

“Lo que hacemos con estas pruebas es medir la frecuencia cardíaca para prescribir el ejercicio. Si no medimos la frecuencia cardíaca, no sabemos a qué intensidad deberían realizar los ejercicios físicos este tipo de pacientes, con eso prevenimos una hipoglicemia cuando hagan las actividades”, sostiene González.

En pacientes con Diabetes Tipo 1, es recomendable que el ejercicio se realice acorde al 40 o 50% de la frecuencia cardiaca máxima de cada individuo.

“Se hace la historia médico-deportiva, se hace la prueba de campo, la de laboratorio y la de esfuerzo que necesita el paciente. Con eso hacemos la medición de su frecuencia cardiaca y vemos a qué intensidad necesita hacer ejercicio”, añade González.

Para evitar la hipoglicemia en la práctica deportiva, es necesario que el paciente se realice una glicemia capilar antes de realizar ejercicio, al menos 30 minutos antes.

“Debe estar entre 100 y 150. Si está en menos de 100, trabajamos mucho con nutrición, se le da una dosis o cargamento de carbohidratos. En cuanto a los pacientes mayores de 250, no deben realizar el ejercicio hasta que no esté controlado, se mide sobre todo cuerpos cetónicos (…) también, dependiendo del ejercicio, los pacientes que utilizan insulina deben colocarse la insulina en un sitio diferente de los músculos que van a utilizar”, finaliza González. (I)