6 – 1

Aurelio Maldonado Aguilar

Sin ser experto, disfruté del partido contra Colombia, en el cual, en accionar claro y preciosista, endilgaron media docena de goles a los cafeteros y ellos apenas uno de penal. Pienso que son dos los puntales para esta ganancia. Uno, que tienen un estratega o líder, Alfaro, que muestra profesionalismo y sabiduría, alejado de componendas o trastiendas y dos, que aglutinó un grupo de jóvenes que no están contaminados por mafias futbolísticas y sin subidos humos a su cabeza, muchas que vienen de estratos pobres o pueblos marginales, que, al saborear estas mieles de ídolos, pierden el norte y se desbarrancan sin remedio -Léase Maradona-.

Latinoamérica es un polvorín. Son 7, igual que los goles del partido, los países que, afrontan verdaderos despeñaderos sociales trágicos y sin solución a corto plazo. Igual existen dos circunstancias que asoman como causantes de nuestra desgracia, resumidos así. Un triste día un grupo de trúhanes reunidos en el foro de Sao Paulo, inventaron la revolución del siglo 21 que va arruinando 7 infelices pueblos en franca organización delictiva, aconsejados por expertos castristas, inveterados delincuentes y asesinos que castraron el intelecto de varias generaciones de sufridos insulares. Venezuela, con el gorilón Chávez, autócrata y nefasto líder, destruyó el país más rico de Sudamérica, gracias a su narco dictadura continuada con Maduro y crean miríada de pobres y miserables refugiados que nos inundan. Peldaño abajo, Colombia y su narcoguerrilla inveterada de crímenes y secuestros, aterrorizan un pueblo alegre, que no supera su mala suerte. Ecuador, bien sabemos que la pandilla del prófugo belga nos devastó con su organizada delincuencia y no logramos eliminar de raíz sabandijas que quieren regresar al poder para lograr inmunidad y riqueza. Perú, otra víctima con una inestabilidad política increíble. Chile, que sin ser pinochetista y aceptando sus excesos y crímenes, sacó el país de las garras del socialismo obtuso, que intenta con vandalismo y saqueos, igual que los que sufrimos, volver a la vorágine. Argentina, pobre reina del plata rica y hermosa de enormes potencialidades y adelantos, arruinada desde Perón y Evita, con demagogias, cuyos pupilos continúan asolándola. Brasil, el continente verde, dueño de lo único valioso que queda, el agua, también con Lula, rey de sindicatos y corrupción, fue de tumbo en tumbo. Al fin diré que, igual que en el futbol, no tenemos líderes conductores y que, lastimosamente somos ricos en políticos con cabezas llenas de humo y listos al atraco, ayudados por mecanismo común, la vil corrupción. (O)