Consulta sobre lo nuestro

Carlos Castro Riera

La consulta popular propuesta por el concejo cantonal de Cuenca por iniciativa de la ciudadanía y aprobada por la Corte Constitucional sobre la prohibición de la minería metálica en las zonas de recarga hídrica de los principales ríos de Cuenca, es un tema que tenemos que decidir los cuencanos porque está en juego nuestras fábricas naturales del agua que utilizamos en casas, escuelas, colegios, universidades, hospitales, oficinas, talleres, comercios, industrias, granjas agrícolas, ganaderas y acuícolas, parques, mercados, cuarteles, conventos, iglesias, hidroeléctricas, actividades turísticas y más.

Es una consulta local, cívica, ciudadana, democrática, de los habitantes de nuestro terruño, de nuestra comunidad que tiene derecho a decidir sobre su patrimonio natural, entorno, paisaje y ambiente sano, aire y aguas limpias, la protección de páramos, manantiales, lagunas, bosques, vegetación y animales.

Por lo tanto, el gobierno, los dirigentes empresariales y políticos centralistas, agentes y voceros de las transnacionales mineras no tienen derecho a meter la mano y distorsionar una consulta local y ciudadana que mira al derecho a la autodeterminación de los habitantes de Cuenca sobre lo que les pertenece y merece ser protegido.

En este sentido, la Corte Constitucional resolvió que el mapa de coordenadas de las zonas de recarga hídrica elaborado por ETAPA sea información referencial para efectos de la consulta, por lo que le corresponde al CNE realizar la convocatoria a la consulta y así evitar que nos dejen la tierra muerta, relaveras o lagunas de aguas residuales venenosas que se filtran y fluyen a los ríos, con el riesgo de colapso e inundación por falta de mantenimiento ya que las mineras luego de explotar los metales se largan, dejando desechos tóxicos abandonados, caseríos fantasmas con hedor a sangre, licor, drogas, prostitución, violencia e impactos a perpetuidad, mientras que para los GAD locales quedarían gastos enormes para tratar de rescatar los páramos, remediar la destrucción y eliminar las sustancias cancerígenas del agua que consumimos. Para los que alzan el vuelo se van con los bolsillos llenos.

Hay que hacer respetar la consulta, que nos dejen resolver nuestros problemas, entre los habitantes de Cuenca. (O)