Virtualidad

Claudia Acosta A.

Sí,  lo admito,  estoy cansada ya de esta virtualidad, de estos diálogos sin vernos, sin sentirnos, sin,  de verdad saber cómo venimos, cómo estamos;  cansada de este universo ilimitado de información para el cual no me siento preparada, es como estar todo el tiempo indigesta, repleta y sin embargo cada momento introducir algo más en mi cuerpo… cansada de dialogar conmigo misma, de este diálogo interno, sin juicios, críticas, que me refleja pero no me ofrece nada nuevo… me falta la diversidad de las personas, del mundo real, ese que puedo tocar de verdad.

No quiero más recetas que no preparo, historias que no vivo, personas que no conozco, lejanas a mi realidad ; quiero saborear de verdad, quiero tomarme un buen vino y conversar mucho y reír y llorar; no me interesan los temas a platicar,  solo quiero escuchar esas voces cercanas amigas, diciendo lo que se les venga en gana, quiero escuchar sus risas,  hablar en voz alta, soltar este miedo latente que va cavando cada vez más profundo en el humano, miedo a la  cercanía, miedo al abrazo, miedo al beso, miedo al otro… me falta aire, sí lo admito,  siento que no respiro a plenitud, a mis anchas, lo hago de forma entrecortada, aguantando el aire que exhalo con miedo de dañar, me cuesta también la alegría, pues siento que quizás no es justo sentirla; la cárcel, las riendas, las cadenas también son virtuales, están en nuestra mente, se fortalecen y crecen con nuestro miedo, con la desconfianza hacia el otro, con la limitación en el afecto…

Si extraño de verdad el mundo real, esta virtualidad imprime en mí una sensación de soledad, y es que siento que cada vez nos vemos menos a los ojos, nos escuchamos rápido y ansiosamente como para liberarnos del personaje, siempre tengo otro asunto pendiente que atender dentro de esta realidad virtual, ¡vaya ironía, realidad virtual!, ¿cómo puede ser real lo que no es?! de por si el término ya lleva una confusión total!  me habita una sensación de pérdida, de disolución, un código, un número, qué se yo, quizás estoy enloqueciendo… esta virtualidad me está sobrepasando, no puedo seguirle el paso…Todo esto me está entristeciendo sí, pero si hay algo que puedo rescatar, ¡mi tristeza todavía es real! (O)

 “A mí me gusta comer de verdad, beber de verdad, besar de verdad, charlar con los amigos de verdad, enamorarme de verdad, y cuando pones tanto en todas estas cosas lo más normal es que salgas lleno de cicatrices”

Joaquín Sabina