Los cambios que se anticipan en el comercio si no hay acuerdo para el Brexit

El año de transición para el Brexit concluye el próximo día 31, cuando el Reino Unido debería desvincularse definitivamente de las reglas y acuerdos comunitarios. Las consecuencias sobre el comercio serán grandes, con cambios en los aranceles y más burocracia, lo que anticipa, entre otras cosas, grandes atascos en el puerto de Dover (sureste de Inglaterra).

El gran puerto de entrada de las mercancías internacionales a las islas británicas será, según los entendidos, el primer lugar donde se notará el Brexit, pues haya o no acuerdo en las actuales negociaciones entre Londres y Bruselas, la Tarifa Global Británica (UKGT) sustituirá a la Tarifa Externa Común (TEC) de la Unión Europea, con no pocas consecuencias.

Se temen escenas cercanas al colapso en la otra gran vía de entrada al Reino Unido, el Eurotúnel, donde las peores previsiones indican que los camiones podrían esperar hasta dos días para cruzar el Canal de la Mancha.

VUELVEN LAS ADUANAS

Expertos de la Organización Mundial del Comercio (OMS) han preferido no especular sobre los efectos que el Brexit -con o sin acuerdo- tendrá en las políticas arancelarias, pero ambas partes ya han informado de los cambios que podrían afrontar exportadores e importadores.

Desde la Unión Europea se advierte a las empresas que exportan o importan bienes y servicios con el Reino Unido de que haya o no acuerdo será inevitable tener que presentar declaración de aduanas, que posiblemente haya que proporcionar datos de protección y seguridad, y que en algunos casos se requerirán licencias o etiquetados especiales para ciertos productos alimentarios y botánicos.

Los trámites aumentarán si se exportan o importan bienes sujetos a impuestos especiales, como alcohol, tabaco o combustible, y se deberá pagar IVA en el Reino Unido si se exporta a ese mercado, o en el país de la UE de origen si se trata de una importación.

Si la UE y el Reino Unido no logran antes de finales de año un acuerdo y se produce un Brexit «duro», Bruselas ha advertido que los trámites y limitaciones serían todavía mayores, se pagarían derechos de aduana y podría haber cuotas límite de importación o exportación.

Además, el uso de materiales o procesos procedentes del Reino Unido causaría que los productos finales no se consideraran «originarios» de la Unión Europea, lo que los excluiría de ciertos regímenes preferenciales establecidos por Bruselas.

En ese caso, el comercio bilateral (Reino Unido-EU) pasaría a regirse por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que son las normas elementales que regulan el comercio internacional cuando un Estado no tiene un acuerdo de libre comercio con otro.

Para el ciudadano de a pie, el mayor efecto previsible es un aumento de precios de ciertos productos que pasarían a pagar distintos niveles de aranceles.

¿MÁS COMERCIO CON LA COMMONWEALTH?

El Reino Unido tiene una lista de países preferenciales a los que no aplica tarifas aduaneras o lo hace de forma reducida, muchos de ellos miembros de la Commonwealth, lo que podría aumentar el comercio entre la economía británica y sus antiguas colonias para compensar la posible reducción de las importaciones de productos comunitarios debido al efecto disuasivo que podrían tener las nuevas barreras comerciales.

Además, Reino Unido tiene acuerdos de libre comercio con importantes economías como Japón, Canadá, México, Corea del Sur y Suiza, y sigue en negociaciones con otros importantes socios como Estados Unidos y Australia.

Por otro lado, el Reino Unido contempla exenciones tarifarias y de IVA para equipamiento médico, fármacos y otras herramientas en el contexto de la lucha contra la COVID-19, siempre que sean importadas a nombre de organizaciones sanitarias o filantrópicas.

Es difícil calcular en cifras qué impacto tendrá el Brexit en el flujo continental y mundial de mercancías, dado que la salida británica ha coincidido con un fenómeno de aún mayor calado, la pandemia de COVID-19, aunque todos los factores se unen para dibujar negras perspectivas sobre los intercambios globales.

Pese a ello, la OMC prevé un crecimiento del volumen del comercio del 7,2 % en 2021, pero tras un desplome de los intercambios del 9,2 % este año,.

Ello significaría que al final de 2021 aún no se habrá vuelto al nivel del comercio mundial previo a la pandemia. EFE