Oso de anteojos

Ana Abad R.

Las cámaras trampa ubicadas en el Macizo del Cajas dan cuenta de veintidós osos de anteojos distribuidos en treinta mil hectáreas de remanente boscosos nativos, pero no toda esta área está protegida y se ven amenazadas por el avance de la frontera agrícola, incendios forestales, infraestructura y, por supuesto, la minería. El oso de anteojos junto a las más de veinte especies de mamíferos que habitan en el Macizo del Cajas son dispensadores de semillas y algunos de ellos, al alimentarse y forrajear abren claros que permite la caída de semillas y el ingreso de la luz; esto posibilita mantener sanos los bosques y esta salud habilita la captura de humedad provenientes de la costa y del oriente. Si esta dinámica se pierde por su muerte, el deterioro de los bosques significa menos agua, menos capacidad de captación, menos almacenamiento de agua en los suelos y en los páramos, por ende, menos calidad de vida y menos provisión para la población; de allí, la enorme importancia de las investigaciones del equipo de biólogos de ETAPA para establecer corredores biológicos y conservar los servicios eco sistémicos que presta la fauna del Macizo del Cajas, así como de los bosques nativos de sus alrededores. (O)