El CNE vs. el TCE

Análisis político Marco Salamea Córdova

La última sentencia del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) dictaminando que el Consejo Nacional Electoral (CNE) conceda un plazo para que el movimiento “Justicia Social” puede realizar elecciones internas, y posibilite con esto la inscripción de la candidatura presidencial de Alvaro Noboa, ha profundizado las complicaciones que ha tenido hasta ahora el proceso electoral en curso y ha generado una confrontación abierta entre el CNE y el TCE; una confrontación que puede terminar aplazando la realización de las elecciones previstas para el 7 de febrero..

Si bien la actitud del CNE de no acatar el último fallo del TCE resulta controversial, pues en materia de conflictos electorales el TCE es el juez en última instancia; empero, más allá del tema jurídico, el asunto no deja de tener motivaciones políticas; pues, las afinidades políticas e ideológicas de los integrantes del CNE y del TCE denotan que estos órganos electorales siguen actuando como órganos politizados y “partidizados”.

Más específicamente parecería que el interés del CNE sería bloquear la candidatura de Noboa, y favorecer con esto el interés político de quienes auspician la candidatura presidencial de Guillermo Lasso; pues la candidatura del primero golpearía electoralmente sobre todo a la candidatura de este último. No al acaso, hace algunas semanas, quienes presentaron el primer recurso de impugnación a la candidatura de Noboa serían precisamente las organizaciones políticas CREO y PSC.

Del lado del TCE, con una composición cercana al Gobierno, su luz verde a la candidatura de Noboa tendría la intención de fragmentar mucho más el escenario electoral, especialmente el compuesto por los candidatos presidenciales más fuertes; alejando con esto el fantasma de un eventual triunfo en primera vuelta del candidato correísta Andrés Arauz; pues recordemos, además, que las reiteradas impugnaciones a esta candidatura fueron acogidas por el TCE. Sin embargo, esa mayor fragmentación del pelotón de los presidenciales más fuertes corre el riesgo de crear un fantasma mayor para los grupos de la derecha tradicional: una eventual segunda vuelta entre los candidatos Arauz y Yaku Pérez.

La dirección tomará esa pugna dependerá de la decisión que tome, al respecto, la Corte Constitucional. (O)