¿Puedes tú, poesía?

Alberto Ordóñez Ortiz

La reciedumbre de la poesía de “La noche de Mercucio”, el último libro de Fernando Moreno Ortiz; desde el primer verso, nos lleva de la mano de su arrebatadora lucidez poética que, al rebasar al tiempo, hace que los relojes estallen. Los más furiosos embates –como en toda auténtica poesía- no se atreven con ella, y continúa impetuosa, vital e imperecedera a morir, porque la eternidad es un aro de fuego sagrado que la rodea por donde se la mire. Por eso, en versos de magnética factura, estalla: “Puedes tú, poesía/ /aplacar el ansia/ /con más ansia…/ /…Con lo que tú eres…/ /…Como si el fuego/ /se aplacara con más fuego/ /Entonces puedes/ /tú, poesía”.

Sus textos que buscan y alcanzan la evasiva originalidad, se apartan por varios e intensos momentos –así tenía que ser- de la poesía que se sitúa de lado de la metáfora, del símil y recursos análogos, y nos deja con palabras desnudas, libres de artificios, como árboles pelados agitados por un viento de huracanados huesos. Sólo así, es como pudo decir: /” …Las verdades caen/ /como murallas/de Jericó/ /Todo sigue y te/ /asombras/ porque el tiempo ha/ sido/ /una eternidad y ha/ pasado rápido” /.

Con su discurso lírico, tendido sobre plata fluyente, nos conduce a un quehacer lingüistico-lúdico: repetición y reubicación de palabras, acude a varias de otros idiomas, versos intencionalmente incompletos, y un vasto etcétera. Es así como nos arrasa con estos versos: /…En la plenitud de mi vacío/ /busco mi silencio cual luz/ /que la oscuridad combate/ /pero en ella se asola…/ /…dados lanzados al abismo” /. Su poesía, es en veces un insondable abismo conceptual, por el que vamos cayendo jubilosamente, pero, en otras, nos lanza al revés del abismo, hacía el firmamento, donde su poesía pone a titilar al cosmos y también a nosotros, lugar del que nada ni nadie nos podrá sacar. (O)