Día de los Inocentes

Hugo Lucero Luzuriaga

El día de mañana 28 de diciembre la iglesia católica celebra el día de los “Inocentes”, conmemoración basada en un relato trágico de la Biblia en el que murieron cientos de niños menores de 2 años en Judea, asesinados por orden de Herodes con la finalidad de evitar la llegada del Mesías que pudiera interferir su reinado. Esta acepción de inocentes se refiere a personas que no tienen culpabilidad alguna, empero, debemos precisar que esta palabra teniendo otros significados, no coincide con la mayoría de los ecuatorianos, que infelizmente son conjeturados, hoy más que nunca, como “inocentes” por parte de la gran mayoría de candidatos.

Los ecuatorianos no somos ningunos inocentes referidos desde las acepciones de “ingenuos, bobos, ilusos”. Hoy más que nunca creemos que los vendedores de mentiras o sea de demagogia, se equivocan y se equivocarán si continúan con los discursos que pretenden engatusar a la ciudadanía.

Amigos políticos: luego de tantos engaños, de innumerables frustraciones y de muchas medias verdades, no estamos para pecar de inocentes aceptando ingenuamente y creyendo en ofertas paradisíacas. No aceptamos más mentiras hasta ridículas como:

Que 1 millón de familias ecuatorianas luego de las elecciones recibirán 1000 dólares, que a través del Banco Central se colocará 3000 millones de dólares para créditos a los municipios, que todos los trabajadores despedidos regresarán a sus puestos de trabajo,  que la exportación de petróleo se sustituirá por exportación de agua, que se va a eliminar progresivamente los impuestos, que se crearán más de 1 millón de puestos de trabajo, que todos los corruptos tendrán la pena de muerte, que se revisará la justicia y regresarán los hoy “perseguidos políticos” y más, como que el Ecuador desde el mes de mayo de 2021 se transformará en el paraíso terrenal donde no haya pobres, peor mentirosos y corruptos.

¡Por favor!, no les creemos, no nos engañarán ni tampoco recibirán el apoyo ciudadano si es que nos siguen mintiendo. Solo reiteramos que no somos ningunos inocentes, y como tales ni bobos ni ingenuos.  (O)