Movilidad urbana

Nuestra ciudad ha crecido notablemente en los últimos tiempos; concomitante con el incremento poblacional, su extensión física es notable. Parroquias rurales que hace algún tiempo se encontraban en el sector rural, como Baños y San Joaquín, son “barrios” de Cuenca. Muchos son los problemas generados por este crecimiento, uno de ellos es la movilidad agravada por el atosigamiento de tránsito. Múltiples son las razones de esta situación, siendo, quizás la más importante el trabajo que se encuentra, con gran frecuencia, a notables distancias. El transporte colectivo público, los buses, son una solución, pero a la lejanía hay que añadir la lentitud por la intensidad vehicular, lo que se acrecienta con el ritmo de crecimiento.

Metrópolis de países con economías más desarrolladas, han encontrado soluciones como los trenes subterráneos que disminuyen notablemente el tiempo empleado. En nuestra ciudad se ha recurrido al tranvía que, luego de más años que los previstos y una serie de discusiones poco trascendentes opera desde hace unos meses. El ahorro de tiempo de transporte es notable, pero cubre tan sólo un área de la urbe, lo que lleva a muchos usuarios a complementar su movilidad recurriendo a los tradicionales buses. Teóricamente es posible complementar adecuadamente estos sistemas en beneficio de los usuarios.

En principio, la interconexión adecuada, podía preverse con anticipación, pero el tránsito de la solución teórica a resultados prácticos no es sencillo, pues entran en juego intereses contradictorias de diversa índole entre quienes están a cargo de estos servicios. La vida colectiva da lugar a problemas, pero en la coexistencia social, a lo largo de la historia, gran parte de ellos se han solucionado sin llegar a la perfección. Creemos que en el caso que comentamos se llegará a una solución razonable. Esperamos que, superando lo que ha ocurrido en otros casos se salga adelante en corto tiempo.