Coronavirus deja 55 efectos a largo plazo

Fatiga, debilidad muscular, dificultad para dormir, ansiedad, estrés, depresión, caída de cabello, son, entre otros, las secuelas que deja el COVID a largo plazo.

El insomnio es uno de los efectos a largo plazo que experimentan quienes se infectaron con COVID. El problema afecta especialmente a mujeres. Cortesía

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo ayer una reunión con expertos para analizar las secuelas que la COVID-19 deja en muchos pacientes incluso tras el alta, un problema que la comunidad científica denomina como «covid larga» y que según esta organización, puede tener graves efectos socioeconómicos.

«Es bueno que esté empezando a investigarse, pero los estudios no son suficientes y deben continuar», señaló en un foro virtual el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien indicó que reconocer la existencia de la covid larga significa no sólo ver su impacto individual, sino también el social.

En el seminario, la doctora Gail Carson, de la red internacional de investigación de dolencias respiratorias (ISARIC), subrayó que la «covid larga» puede pronto ser el principal problema de la pandemia, pero que menos de uno de cada 100 estudios sobre la covid-19 se dedica a este tipo de pacientes.

Los médicos citaron la fatiga, la llamada «niebla mental» o problemas neurológicos (ansiedad, depresión) como algunos de los más de un centenar de síntomas descubiertos en personas que han pasado la COVID-19, en algunos casos hasta medio año después de ser dados de alta.

Andrea Lerner, doctora de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, reclamó en las conferencias la necesidad de que los investigadores utilicen una terminología común, ya que si bien muchos usan el término «covid larga» la OMS prefiere hablar de «postcovid» y otros hablan de «covid persistente». La experta también pidió una clara definición epidemiológica, sus posibles variantes fenotípicas, los factores de riesgo, y su influencia en los tratamientos.

Daniel Altmann, del Imperial College de Londres, vaticinó que harán falta clínicas dedicadas a esta dolencia y que éstas tendrán un importante desafío dado que los síntomas pueden variar desde los respiratorios a los neuronales, por lo que necesitarán especialistas de distintos campos médicos.

«Si aproximadamente un 10 o un 20 % de las infecciones se convierten en esta covid larga, eso significa un legado de entre 10 y 20 millones de casos que gestionar, con una masiva ramificación para las vidas de los afectados y la planificación sanitaria», alertó Altmann.

Hannah Davis, que desde la Universidad de Londres ha coordinado uno de los sondeos más completos sobre síntomas postcovid, señaló que en general los problemas neurológicos suelen durar más que los respiratorios, y que la fatiga es el síntoma más habitual, aunque la pérdida de memoria o de capacidad cognitiva preocupan mucho.

«Se encuentran casos de personas que olvidan cómo hacer rutinas antes normales, no pueden seguir el argumento de una película o no entienden lo que oyen por un altavoz», señaló, citando casos individuales del sondeo.

En muchos casos esta «covid larga» tiene consecuencias sociales negativas para los que la padecen: Davis halló en el estudio que un 20% de los pacientes estudiados no volvió a trabajar, y casi la mitad (un 45 %) redujeron sus horas de empleo.

Estudio

De acuerdo a un metaanálisis realizado por la agencia The Conversation, ocho de cada 10 pacientes con COVID-19 presentan al menos un síntoma persistente desde los 14 días hasta las 16 semanas después de la infección aguda, e incluso algunos efectos pueden durar más tiempo. Estas conclusiones se obtuvieron tras observar 47.910 historiales clínicos de personas entre 17 y 87 años, que superaron la enfermedad en Estados Unidos, Australia y otros países de Europa y Asia.

Para el análisis, se dividió a los participantes en grupos de 100. Algunos estudios se enfocaron en pacientes que estuvieron hospitalizados y otros se distribuyeron en casos leves, moderados y graves.

En estos ciudadanos se detectaron 55 efectos a largo plazo. Entre los más recurrentes que señala el estudio están la fatiga, la debilidad muscular y las dificultades para dormir, especialmente en mujeres. También, un buen porcentaje demostró síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático. Asimismo, se identificó el dolor de cabeza (44%), el trastorno de atención (27%), la caída del cabello (25%) y la disnea o dificultad para respirar (24%). Además, según los resultados, un 34% de los pacientes analizados presentaron una radiografía de tórax anormal.

“La caída del cabello se encuentra en el 25% de los casos después de la COVID-19 y dura aproximadamente 3 meses, pero puede causar angustia emocional y desencadenar enfermedades neurológicas”, dice una parte de este estudio.

El informe concluye con la recomendación de que se establezcan con urgencia medidas preventivas, técnicas de rehabilitación y estrategias de manejo clínico para abordar los efectos a largo plazo. (EFE/ LCH)-(I)