Para triunfar en el balotaje el binomio presidencial que llevó la delantera en la primera ronda electoral, debe captar al menos uno de los tres votos que no le favorecieron; quien le sigue en cambio requiere dos del mismo número de sufragios ajenos.
Necesitarán entonces buscar preferentemente acuerdos puntuales, de coyuntura, específicos, más que alianzas comprometidas, ideológico-programáticas, cuyo fracaso evidenció aquella entre CREO-PSC a favor de Guillermo Laso. Por supuesto cada parte buscará réditos como cualquier actividad humana, pues las relaciones se rigen por intereses sobre altruismos o desprendimientos.
En este contexto algunos partidos van enrumbándose hacia uno y otro bando triunfador. Yaku Pérez (Pachakútik) previamiente a las elecciones había reafirmado el apoyo a Laso, quien le devuelve el favor durante la campaña. Se retractó sin embargo la semana pasada. La Izquierda Democrática de Xavier Hervas con el espectacular alcance del 16 %, al comienzo no quiso saber nada sobre quienes discutirán el balotaje; luego dejó en libertad a sus electores abriendo el espectro preferencial.
Otro fenómeno que evidencia la cita democrática pasada, son las dudas por el accionar de la justicia, cuya condena al expresidente Rafael Correa junto a los adalides de la “revolución ciudadana”, antes que hundirles les potencializó en las urnas. Ni siquiera hizo mella entre los ciudadanos el anuncio de Andrés Aráuz, para revisar los procesos cuando llegue a Carondelet.
Tampoco tuvo incidencia en los sufragios el reiterado calificativo de “corrupta”, dado por el exjefe de Estado contra la prensa nacional.
Y las encuestadoras que volvieron a fallar en los sondeos. Creo en ellas, pero empiezo a preocuparme que no digan la verdad, se equivoquen u obedezcan a sus contratantes. (O)
