Apuntes sobre la violencia cotidiana

Desconsolador ver como una tragedia que, poco a poco, se vuelve estadística, es el detonante de la virulencia con que discutimos los efectos, nos cegamos frente a las causas y esquivamos cualquier responsabilidad o compromiso.

Desesperanzador escuchar voces de desprecio que justifican los hechos y exigen más violencia, violencia oficial, violencia progresiva, violencia para combatir la violencia.

Doloroso el llanto de la madre, del hermano, de la hija, del amigo del ser humano acorralado, acribillado, cazado cual animal, en día de bestias, que hacen eco de la indiferencia con que el morbo se consume en megas que reproducen las redes en que navega la nueva normalidad.

Triste el silencio que rodea el estruendo de la tormenta en que se desata la furia animal que expresa lo más obscuro, lo más siniestro, aquello que metimos bajo la alfombra, aquello que nos duele y avergüenza, aquello que tememos y despreciamos, aquello que queremos negar.

Sórdida respuesta proponer el desamparo, dar la espalda, reclamar la seguridad de mi jaula, pretender justificar la indiferencia tras un malentendido derecho a la seguridad, pues ese derecho es interdependiente por fundamento, por ley natural, por solidaria coexistencia.

Lúgubre memoria, lúgubre página, lúgubre recuerdo, lúgubre acción y reacción, lúgubre, desolador, deleznable, espeluznante, pavoroso, sombrío.

Se esconden, se agazapan, se encomiendan,

se silencian, se encuentran, se abrazan,

se consuelan, se ocultan, se espeluznan,

se confiesan, se encomiendan, se contraen,

se acurrucan, se arrepienten, se apagan…

Desconsolador, desesperanzador, doloroso, triste, amargo, sórdido, amargo, miserable, ruin, lúgubre, desolador, deleznable, espeluznante, pavoroso, sombrío, tocamos así el fondo de la descomposición humana.

Sea la paz en su memoria, sea la justicia en su nombre… (O)