Masacre

María Eugenia Mocoso C.

El martes, 23 de febrero del presente año, día aciago, el Ecuador, vivió una jornada de enorme violencia, registrada coincidencialmente, en tres de los mal llamados, “Centros de Rehabilitación”: Guayaquil, Latacunga y Turi, en Cuenca. Inconcebible, repudiable que los internos, por su pertenencia a bandas narco-delincuenciales opuestas, incurran en una agresión macabra, que terminara con la vida de 79 reos, de los cuales 34 murieron en Cuenca y algunos más, deberán caer en las próximas horas, dado su estado de salud, emergente.

El país y sus autoridades deberán estudiar el escenario de sus cárceles y la problemática que se vive internamente. Conmoción nacional ha causado los 79 fallecimientos ocasionados en un mismo día, en tres escenarios distintos. El amotinamiento es la figura que se ha vivido en estos centros carcelarios con escenas sangrientas y censurables, pugnas entre bandas incontrolables que, buscando el dominio y manejo de estos centros, conllevó a esta matanza generalizada y de manera simultánea.

Ecuador está de luto y tras estos lamentables decesos, queda un gran interrogante: ¿cómo restablecer el orden y rehabilitar a las personas privadas de libertad? Situación de altísima responsabilidad, que deberá, obligadamente, asumir el nuevo aspirante a Carondelet. (O)