Rehabilitación y seguridad

Según el mito bíblico, cuando Caín mató a su hermano Abel se produjo el primer asesinato. Lo deseable es que en las colectividades se vivan en paz y cooperación. Con más frecuencia de la deseada, se han cometido delitos de asesinato. Fueron considerados maldades, perversiones, al incumplir las leyes. Se ha creído que se debe a la maldad de los autores o que la sociedad ha tenido responsabilidad en su conducta. Las cárceles tienen el propósito de recluirlos como venganza o castigo. En los últimos tiempos se denominan “centros de rehabilitación social” para que los presos tengan la posibilitad de reorganizar su conducta.

El martes pasado, en tres centros de rehabilitación del país se produjeron enfrentamientos entre los internos que dejaron un saldo de 80 muertes. Insólito es lo acaecido en una dimensión sin precedentes. Han ocurrido asesinatos de individuos, pero matanzas con n sevicia y atrocidad no están presentes nunca. Hasta qué punto estas cárceles cumplen la rehabilitación o parte de los reclusos “aprenden” a refinar sus delitos al margen de respeto básico al ser humano: la vida. Difícil explicar a plenitud lo acaecido, Es evidente que las condiciones rehabilitación de estos centros no funcionan. Hay serias fallas estructurales.

Las prisiones son para garantizar la seguridad ciudadana, En estos lugares debe haber especial control de la seguridad de los reclusos. Los hechos han ocurrido en centros y áreas denominadas de “alta seguridad”. Hay medidas para evitar que los presos tengan armas y medios de comunicación como teléfonos celulares. Se encontraron estos artefactos, inclusive armas de fuego que demuestra fallas profundas en el control. No contamos con información para encontrar responsables. Parece que se debe a rivalidades entre bandas de delincuentes, lo que nos lleva a concluir que el poder de estas organizaciones es mayor que el del Estado.