Balotaje: dos tesis opuestas

Roberto Vivar Reinoso

El once de abril entrante ideologías de izquierda y derecha se enfrentarán nuevamente, como viene aconteciendo desde el año 2006, ahora encarnadas por los binomios presidenciales Arauz-Rabascal (UNES) y Lasso-Borrero (CREO-PSC). Sin importar con quien decidan aliarse, las dos fuerzas políticas que les siguen en sufragios, Pachakútik (PK) y el partido Naranja (ID), pertenecen a la izquierda y centroizquierda, sumando un total del 71,84% del electorado nacional.
Amplia mayoría entonces frente al neoliberalismo, aunque no de la lista Uno por lo cual obligadamente deberá buscar entendimientos para alcanzar el triunfo. En principio Yaku Pérez (PK) y Xavier Hervas (ID) afirmaron que no apoyarán a ninguno en la segunda vuelta; empero el movimiento indígena está dividido hasta el rompimiento entre la Conaie y Ecuarunari; mientras la Izquierda Democrática anuncia libertad para su militancia.
Al fondo aparece la sombra del correísmo que no sólo es nombre sino corriente política, cuya influencia podría definir resultados. Oportunidad que la comunidad le da también a fin de reivindicarse frente al morenismo, calificado como “traidor” por su viraje hacia la derecha, que emprendió persecución implacable contra el socialismo del siglo veintiuno, utilizando la justicia y los organismos de control.
¿Hacia dónde deberán dirigir ahora su mayor empeño los contendientes de la segunda vuelta electoral?. Según los cálculos buena parte del 60% que conforma el sector popular votó por Arauz; no así el 25 y 20% que integran las clases media y media alta respectivamente, destacándose los jóvenes entre los 16 y 30 años que representan el 30% de los votantes. En cambio a Lasso le corresponde revertir resultados de todos los estratos sociales, pues el alto, su preferido, suma apenas el 5% de la población. (O)