Crisis de “Alianza País”

Eliécer Cárdenas E.

_ Cuando el Gobierno actual ha iniciado su agonía, en los predios de partido oficialista “Alianza País” se está produciendo el desbande, a tal punto que el mismísimo Presidente de la República, es decir jefe del partido, ha decidido desafiliarse del mismo, posiblemente para que no lo expulsen de la agrupación, dado el distanciamiento entre la cabeza gobernante y esta tienda política que surgió como un invento e instrumento del Correísmo, y que al final del mandato de Rafael Correa fue objeto de una llamémosla “reingeniería política”, para mayor gloria del mandatario Lenín Moreno.

_ Los militantes más conspicuos de la agrupación, están mirando los nuevos rumbos que corren en el país, y al parecer algunos se arrepienten de haber desertado de la “obediencia debida” al líder y fundador de A.P, hoy residente en Bélgica, cuando su pupilo se halla en perspectiva de ganar las elecciones.

_ Suele ser trágico el sino de los partidos políticos gobiernistas cuando dejan de serlo. Si no, miremos en la historia del país lo que sucedió con el legendario Velasquismo, agrupación populista que, cuando no gobernaba el “Profeta”, se disolvía en grupúsculos intrascendentes, y también con el Roldosismo que se convirtió en feudo de Abdalá Bucaram a la muerte de su líder Jaime Roldós.

_ Sin embargo, con “Alianza País” se ha dado el insólito caso de que esta agrupación pretendidamente gobiernista, se dio el lujo de hacer muchas veces oposición a su líder, negándole el apoyo en proyectos de leyes y otras iniciativas de su supuesto líder actual, el presidente Moreno, que en rigor no tuvo agrupación política que los respalde, sino a lo sumo circunstanciales adhesiones por conveniencia, como las de Socialcristianos, PREcistas y otros.

_ Es seguro que no pocos actuales militantes de “Alianza País”, luego de la aventura morenista, añorarán la obediencia bajo la tutela del fundador de la agrupación, pero puede suceder como la historia del “hijo pródigo”, que los fieles al Correísmo no los quieran recibir y pretendan quedarse con toda la herencia, sin permitir que los que llamaron en su momento “traidores a la Revolución Ciudadana” quieran retornar arrepentidos en busca del disfrute de la perspectiva de un nuevo Gobierno. (O)