Un mes

Aurelio Maldonado Aguilar

Nos viene verdadera avalancha de desgracias e incertidumbres y están a puertas. Un mes y tendremos que decidir el voto por dos candidatos que seguirán ofreciendo lo que más puedan, en especial el que motejan de Lelo o mejor muñeco de ventrílocuo, que está muy bien entrenado para decir sandeces y que, a pesar de ello, las tergiversa y embarra. Pero en realidad la decisión tiene que ser discernida con más profundidad y razonamiento, que simplemente escoger un nombre de entre dos tendencias. El país se encuentra con una podredumbre nunca antes sostenida por nuestras sociedades y los recientes sucesos en cárceles y el cómo se dieron los crímenes y el infaltable sicariato de gente involucrada en negocios de droga, en especial en las provincias de la costa, nos aterra y anuncia que estamos en manos de pandillas criminales dirigidas internacionalmente por gran y cruel negocio y con una organización narcodelictiva mucho mejor instalada que la de Capone, gracias a sistemas de comunicación y tecnología y somos socios de las FARC y ELN, comprobados aportantes de campañas y ahora de don Lelo.  Cuando la sociedad ya no respeta la vida y solo la bruma de la droga cunde, viene lo peor. El cáncer letal de la corrupción a todo nivel nos ahoga sin remedio y las circunstancias electorales vuelven a tener “saludos casuales” entre jueces y candidatos horas antes de fallos vitales. No tenemos mucha opción, pero coincidamos que no queremos ni conviene, metidas de mano en la justicia, persecuciones a la prensa libre, asesinatos muy bien guardados de gente que discrepó de la voz autoritaria y olímpica que ordenaba desde las sabatinas. Malsano sería tener de vuelta criminales y delincuentes juzgados, presos o fugados, que se embolsicaron millones de los dineros del pueblo con preventas petroleras, contratos a dedo y entre privados, coimas millonarias y contratos con enormes sobreprecios, donde muchas de las obras no se terminaron, se fabricaron muy mal e incluso no se hicieron y sin embargo se cobró monstruosas cantidades en su provecho, junto con impuestos onerosos inventados por su mente delincuencial, aprovechándose de terremotos donde la reconstrucción fue simple demagogia, impuesto verde y más. No nos conviene por ningún motivo que, de ganar la marioneta, regrese la pandilla campante y sonriente a seguir el hurto más infame, borren e indulten sus crímenes y acaben con dolarización y víctimas nobles del pueblo como el IESS y Banco Central que quebraron infamemente. (O)