La dolarización

Más de 20 años han transcurrido desde que el entonces presidente Jamil Mahuad decidió dolarizar al Ecuador, eliminando al sucre como moneda nacional, medida que en sus inicios fue controvertida. Las decisiones demuestran su acierto o desacierto por los resultados y, ante la inestabilidad monetaria de varios países del mundo, el nuestro se ha liberado de esta situación que atenta contra la economía global. En Venezuela, epicentro del socialismo del siglo XXI, un dólar se cotiza en 1.850.656.oo bolívares, por el irresponsable manejo autoritario rayano en dictadura, de sus dos últimos gobernantes. Que más del 10 % de sus habitantes se hayan visto obligados a emigrar a otros estados es un dato elocuente.

La moneda es un componente de la economía mundial; no conocemos de ningún país que haya renunciado a ella. Su manejo es un indicador de la capacidad de sus gobernantes. La decisión que comentamos liberó al Ecuador de la amenaza de una inflación galopante y posibilitó una estabilidad monetaria que ha posibilitado una mejor orientación, manejo de las finanzas y la posibilidad de tomar decisiones a futuro contando con una moneda sólida en el mundo. Hablaron algunos de un atentado contra la soberanía, pese a que esa decisión fue tomada soberanamente. Volver a otra moneda emitida por el Estado un riesgo muy serio.

Cinco presidentes han gobernado el Ecuador luego de Mahuad, y todos han optado por mantener la dolarización mediante políticas que priorizan la estabilidad monetaria que, en el peor de los casos, hay que considerarla un mal menor. En el ocaso de su mandato, el actual gobierno ha enviado a la Asamblea un proyecto de ley para proteger la dolarización. Lo que resuelva el poder legislativo lo conoceremos luego, al igual que las decisiones del nuevo gobierno. En sus apariciones públicas los dos candidatos finalistas han manifestado que no tocarán este tema monetario. Una ley que lo consolide sería ideal. Esperamos que la actual asamblea sea favorable a esta propuesta para mantener un ápice de su dignidad.