La guerra por el «oro azul»

Luis Muñoz Muñoz

Luis Muñoz

El agua está dejando de ser un derecho para convertirse en una mercancía tan preciada, que se ha dado en llamar » el oro azul», por este recurso natural, ha comenzado la batalla en Australia, Estados Unidos y Gran Bretaña, con amenaza de extenderse a todo el universo. El agua indispensable para la vida de todos los seres humanos, está entregándose a empresas privadas, aboliendo el derecho universal. Contra cuyo acaparamiento  se producen  multitudinarias protestas, que dejan un saldo de muertos y heridos. Controlar el agua supone controlar las volunta­des de los seres humanos. Por el agua pasa todo: la ali­mentación, la energía, la industria, en síntesis, diremos que el agua es vida, sin la cual se exterminaría nuestra existencia. La sociedad civil está reaccionando y cada vez surgen más voces reclamando que el acceso al agua potable siga siendo considerado un derecho humano. “El agua ha sido un recurso público, durante más de 2.000 años. Cedérselo a entidades pri­vadas es peligroso y moralmente equivocado”. Se abre un nuevo campo de batalla en esta guerra global por el control del agua,  en la que se mezclan los intereses de grandes grupos de presión, constructoras, bancos, eléctricas e industria agroalimentaria, ávidos por obtener liquidez inmediata y, también, por tomar posiciones de cara a un mercado clave para el futuro inmediato. Hoy, casi 800 millones de personas carecen de acceso al agua potable en el mundo. La po­blación mundial en el año 2050 pasará de los más de 7.000 mi­llones de la actualidad a 9.000 millones, ese rápido incremento ha causado que las extracciones de agua se hayan triplicado en los últimos 50 años. Las estimaciones hablan de que para el 2050 serán 2.000 mi­llones de personas las que no tengan acceso al agua po­table, mientras la demanda de alimentos se disparará un 70 %, es decir que estamos a las puertas de hidrocolonialismo. La privatización del agua supone un aumen­to de las tarifas que pagan los ciudadanos. Este gravísimo problema es necesario encararlo de frente a las elecciones a pesar de que nadie ha dicho nada en la segunda vuelta electoral sobre este vital asunto.  En nuestro país para que no se privatice el agua que es un derecho, como ha venido siendo tradicionalmente desde tiempos inmemoriales es necesario advertir que cruentas batallas a librarse serán por este recurso hídrico que debemos protegerlo y cuidarlo. (O)