De fiesta

CON SABOR A MORALEJA Bridget Gibbs Andrade

El 6 de abril, la Corte de Justicia del Azuay declaró que el Municipio, ETAPA, el Ministerio del Ambiente (MAE) y el Cuerpo de Bomberos, incumplieron con lo establecido en la Constitución, atropellando los derechos de nuestra naturaleza generosa y prístina en El Cajas.

A mediados del 2020, los bomberos iniciaron la edificación de una estación junto a la laguna de Illincocha. En octubre del 2020, el Tribunal de Garantías Penales de Cuenca dio paso a una acción de protección presentada por una ciudadanía indignada, para detener la construcción.

La última sentencia emitida por el Tribunal promulga varias medidas, como: los estudios de remediación y reparación deberán presentarse en un plazo máximo de 20 días; así como los trabajos respectivos deberán iniciarse en un período de 21 días. ETAPA y los bomberos identificarán una zona adecuada cercana al Cajas, para implementar la nueva estación. ¿Y los bomberos responsables de esta nefasta decisión, serán sancionados? Deberían.

El 7 de abril, el departamento de Relaciones Públicas bomberil emitió un comunicado en el que pretende lavarse las manos, publicando sólo un extracto de la sentencia emitida, afirmando que no fue una negligencia construir cerca de la laguna, sino que la falta de permisos de construcción fue el problema. Son caretucos. Hasta un ciego puede constatar que los daños hechos están a la vista y que la falta de permisos para construir, fue algo secundario a los reclamos ciudadanos para detener la construcción que atentó contra la flora y fauna del lugar. Además, en el comunicado se escudan en que otras instituciones les hicieron incurrir en errores. Como si el comandante de los bomberos y sus asesores fueran niños de pecho, sin malicia.

Adicionalmente, siguen los escándalos y el mal manejo de los recursos dentro del Cuerpo de Bomberos. Otra de las “gestiones” del grupo de asesores del jefe, fue enajenar la avioneta de la institución para que supuestamente se beneficie de su uso el Comandante de la Guardia Ciudadana y su subcomandante.

Es una gran pena que esta noble institución, una vez tenida en alta estima por su labor en favor de la ciudad, siga en el ojo del huracán, usando argumentos pueriles y vergonzosos para evitar su evidente responsabilidad en Illincocha.

 Por lo demás, los que amamos la naturaleza, estamos de fiesta. (O)