Contrastes

Josefina Cordero Espinosa

 “Nadie se baña en el mismo río”, aquel pregón de Heráclito nos trae a la mente no solo lo cambiante de lo que nos rodea sin del mismo pensamiento y sus vivencias, de aquellos que fuimos, delo que somos de lo que hubiéramos querido ser, antes de sepultarlos en el subconsciente, sólo el confesionario o el sillón del psiquiatra podría sacarlos a flote.

Hoy la gente procede como siente, se manifiesta en terapias de grupo, confesiones en estadios repletos, falsificación de títulos de lo que no pudieron ser y si alguien los descubre, homenajes para tapar el bochorno hasta creer que puede llegar el olvido.

Cambios de sexo y vestiduras, esposas y maridos que no duran, poesías amorosas en que se ha borrado el romanticismo y se cree conquistar con una naturalidad grosera, cuadros abstractos a veces hermosos y otros que producen miedo, mujeres de figuras perfectas pero que se desinflan con un pinchazo, niños que crecen sin infancia, adultos que decrecen, música de percusión más allá de los altos decibeles acabando con los oídos.

Pero esta visión no es exacta para calificar el devenir, hay muchachos solidarios que convirtiéndose en héroes hoy están salvando vidas. (O)