Cumpleaños feliz

Claudio Malo González

El día de hoy merece despertare con el tradicional canto es nuestra ciudad que llega a los 64 años. Antes de que los españoles lleguen a, ya era Cuenca un centro poblado con nombres poéticos como Guapondélig –“Llanura amplia como el cielo” en tiempo de los cañaris. Los incas, la denominaron Paucarbamba “Llanura de las flores”, para finalmente, luego de la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa se rebautizó con el trágico apelativo Tumipampa –“Llanuras de los tumis (cuchillos)” – como referencia a la ejecución masiva a cañaris por su actitud en esta guerra civil.

La ciudad lo hacen sus habitantes. A un conjunto de edificios que fueron poblados y luego abandonados se denomina pueblo fantasma. La relación habitantes entorno físico, le dan una fisonomía a la urbe al establecer condiciones. En las construcciones materiales hace presencia la creatividad humana con una visión utilitaria y estética para satisfacer con eficiencia necesidades y obsequiar al espíritu con componentes artísticos de diversa índole. Vivimos presentes, nos hemos hecho en el pasado y aspirarnos a ser diferentes en el futuro. Tradición y modernización son importantes es muy importante respetar el pasado.

Los cuencanos han tenido un alma propia materializada en creaciones, la hemos mantenido y anhelamos que permanezca en las nuevas generaciones. La valoración y respeto al pasado nos ha merecido la distinción de patrimonio cultural de la humanidad: un honor y un reto. Al celebrar este cumpleaños, bien está que nos enorgullezcamos de su historia, pero hay que pensar en el futuro.

Celebremos a nuestra “Cuenca ilustre de galas vestida” y comprometámonos a mantener esa dignidad con esfuerzos y compromisos. Hay una receta infalible: amarla. (O)